Garras y colmillos [Lukadrien]

Un héroe y un antihéroe

− Uno… dos… tres… cuatro… cinco, cinco ratas… − Susurraba Chat con una pequeña sonrisa escondido en las sombras entre los containers y cajas de maderas de ese gran almacén, espiaba analizando la cantidad de guardias que habían, saltó como un felino sobre caja y caja hasta lanzarse sobre el primer “ratón”, el cual dejó inconsciente en el suelo, así uno por uno los guardias iban cayendo, pero cuando estaba por salir, una luz cegadora lo detuvo en mitad del galpón, cubrió sus doloridos ojos con una mano para intentar mirar entre sus dedos, un gran foco proveniente del segundo piso que rodeaba la zona central lo cegaba pero aun así pudo distinguir una sombra junto a este

− Vaya, vaya, vaya Chat Noir no esperaba que me honrraras con tu agradable presencia, bueno para serte sincero si, llegó casualmente a mis oídos que buscabas este lugar ¡Chicos! − Llamó la sombra tras un silbido, lo que hizo salir a muchas más ratas armadas, eran 20, 30, unos 35 hombres calculó Chat, uno tras otro armados hasta los dientes y apuntando a su cabeza, entonces pudo ver mejor a su líder, este era un joven de unos 25 años, cabello blanco decolorado, liso con flequillo, ojos grises y una cicatriz que le recorría toda la mejilla derecha y le llegaba hasta casi la frente, iba con traje blanco, características realmente fáciles para cualquiera de reconocer

− Miren nada más − Soltó Chat en tono divertido volviendo a tomar la compostura, sin ese tipo lo quería matar ya lo hubiera hecho, en cambio le tenía preparado ese pequeño teatrito − Es el mismísimo “Tigre Blanco” de las mafia en persona, estoy algo desilusionado en realidad, esperaba ver más rayas, que sucedió? ¿tu madre utilizó demasiado blanqueador al lavar la ropa?

Unas suaves pero ruidosas carcajadas hicieron eco por las paredes del galpón − Me alegra que hayas oído hablar de mi, por cierto ¿te ha gustado mi entrada? la preparé especialmente para ti y mira que es difícil subir un foco tan pesado acá arriba ¿sabías? Me alegra que me recibas con tan buen humor Chat Noir, no eres un chico fácil de amedrentar ¿Debí traer galletas para nuestra pequeña reunión? después de todo recorriste medio París para encontrarme, es lo más romántico que han hecho por mi

− Bueno no es muy común encontrarse otros gatos por estos lados, quería pasar a saludar de felino a felino

− Si, lastima que en esta ciudad solo cae un felino sabes, Chat Noir − Respondió este con un tono de tristeza mientras sus secuaces recargaban sus armas listos para disparar sin lugar para huidas − Es una pena que los héroes comenzaran a meter sus narices entre los asuntos de la mafia, aunque espera… ¿ya no eres un héroe verdad? oh claro ahora eres un asesino − Chat apretaba su mandíbula, el joven de blanco dibujo una pequeña sonrisa en su rostro al notarlo − casi lo olvidaba, que grosero de mi parte, ya no eres un héroe, pero si no lo eres entonces ¿qué eres Chat Noir? estoy muy confundido

− ¿Hablas demasiado lo sabias? − respondió Chat un poco molesto − ¿No te vendría mejor el apodo de “Cotorra Blanca”?, creo que te queda a la perfección

− ¿Te aburre nuestra charla? si quieres podemos bailar, la noche es larga − Respondió el otro con un nuevo semblante de seriedad

“Mierda estoy en problemas” Pensó Chat mirando disimuladamente a su alrededor, no quería dejar salir su nerviosismo

− Mira Chat la verdad me agradas, siento una pequeña simpatía felina por ti, ¿no has pensado en unirte a este lado del bajo mundo?, todo aquello que podrías desear puedes conseguirlo, ¿ves a tu alrededor? todo este galpón está lleno de tesoros de todo tipo, si trabajas para mi te puedo ofrecer esto y mucho más, ni te lo podrías imaginar, olvídate de las normas morales y toda esa tontería sobrevalorada, unetenos, será muy divertido te lo prometo − Ofreció con una sonrisa conciliadora − ya sabes sería una pena perder tu vida por una pequeña diferencia que tengamos tu y yo