"No había peor ciego que el que no quería ver. Y eso Jimin lo sabía muy bien.
Más aún cuando serlo solo causaba que su alma se hundiera en el dolor.
Tenía que dejar ir a Jungkook. Su dignidad era primero."
[💙]
✎ Historia corta original y de mi comp...
➳ Sé que posiblemente no era necesario hacerlo, pero la idea llegó a mí. 🥺
Es opcional para cada personita el querer leerlo. Si hay alguien que desea quedarse como terminó el especial, no hay ningún problema💛
No obstante, todo aquel que desee leer esto, desde ya les doy las mil gracias. Deseo que les guste, aunque sea algo mínimo.💫
⚠️Aclaración y Recordatorio: Todo lo que aquí está escrito es CompletamenteFICCIÓN.⚠️
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✧ Namjoon ✧
Mis ojos los sentía algo pesados y cansados. Parecía ser que por alguna esquina de la ventana de la habitación entraba un poco de luz, que fue la que terminó despertándome de mi profundo sueño.
Varios segundos me costó adaptarme a la claridad, donde pude abrir mis ojos con suavidad, a la vez que estiraba todo mi cuerpo sobre aquella cómoda cama. Uno de mis brazos descubiertos cae en el extremo contrario del colchón, encontrándome con un espacio vacío y frío.
No pude evitar sentirme algo confundido al no tener el cuerpo de mi pequeño a mi lado. Siempre era yo el que lo terminaba despertando, ya que solía tener una actitud tiernamente vaga y que luego de muchos berrinches, salía con pasos perezosos de la cama.
Jimin podía ser toda una masita cuando se lo proponía.
Al solo pensar en él, no evité dibujar una sonrisa en mi soñoliento rostro, sentándome una vez, para tronar con cuidado mi cuello, mi espalda y mis dedos, haciendo que me sintiera mil veces más relajado.
Mi vista se posa unos segundos en aquel reloj en la mesita de noche, que me dejó saber que aún era bastante temprano y que debí dormir un poco más como auto regalo de cumpleaños.
Lo malo de acostumbrarse a levantarse temprano todo el tiempo.
Una vez que solté varios suspiros de cansancio y sintiendo la necesidad de ir en la búsqueda de mi pareja, destapé mi cuerpo de aquellas suaves y acogedoras sábanas y me dirigí al baño a darme una refrescante ducha.
Una vez que mi cuerpo se encontró totalmente aseado, cepillé mis dientes y boca y vestí mi cuerpo con ropa cómoda. Donde una camisilla blanca que dejaba al descubierto mis brazos y unos simples pantalones casuales hasta los muslos fue suficiente para empezar mi mañana.
De camino a la cocina, percibí el delicioso aroma a panqueques y varias cosas dulces que no pude distinguir bien, pero que aún así, fueron completamente exquisitas para mi olfato.
Y qué mejor pudo ser mi sorpresa cuando por fín llegué al área de donde provenían tantos apetitosos olores. Encontrándome a mi hermoso chico de cabellos castaños claros corriendo de aquí allá, demostrando lo que deduje, era un gran apuro para poder hacer un desayuno. Algo que muy raras veces ha hecho.
