"No había peor ciego que el que no quería ver. Y eso Jimin lo sabía muy bien.
Más aún cuando serlo solo causaba que su alma se hundiera en el dolor.
Tenía que dejar ir a Jungkook. Su dignidad era primero."
[💙]
✎ Historia corta original y de mi comp...
Aclaración: Los hechos narrados no son consistentes con el mismo tiempo de la vida real, a partir del capítulo anterior.
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2 años después...
Las grabaciones para el MV de 'Black Swan' habian comenzado hace 3 días. Y hoy, sería el último. Específicamente, donde se haria mi parte del solo para el inicio del video.
Las estilistas arreglaban mi cabello azulado, mientras una de las maquillistas colocaba varias sombras en mis pequeños párpados.
Solté un suspiro de cansancio, anticipando el agotador y trabajoso día que me esperaba. Pero sientiéndome agradecido de no tener la pesadez en el pecho que me persiguió por tanto tiempo.
En el reflejo de mi espejo, noté como a mis espaldas un muy sonriente pelinegro con mechones azules le hacia cosquillas a un chico de sonrisa cuadrada quien soltaba pequeñas carcajadas.
No pude evitar esbozar una pequeña sonrisa, sintiéndome enternecido ante la escena. Sí es cierto que el Jimin de hasta seis meses atrás, hubiera salido corriendo para encerrarse en un cuarto vacío y llorar hasta dejar salir la última lágrima de dolor.
Pero la versión actual de mi persona, solo pensaba lo mismo que muchas otras Armys.
Jungkook y Tae hacen una hermosa pareja.
Y es algo que llegué a pensar en mis momentos de crisis mentales cuando sientia celos. Pero lo descarté cuando aún no tenia una base válida para certificarlo como algo real. Ya que solo era conductas de hermanos.
Tenia entendido que llevaban saliendo desde hace un año. Y la espera fue debido al chico pelinegro de rulos. En una de las ocasiones que le permití conversar conmigo, me lo confesó. Que no seria justo para mí que iniciara una relación oficial con Jeon.
Como si hubiese sido justo lo que me hicieron en primer lugar.
Mi relación con Tae ya no era tan cercana como antes. Los viernes de película y las cómicas peleas por dumplings habian desaparecido. Muchos pensarán que seria triste dejar ir una gran amistad por un hombre.
Pero todo esto era muy diferente.
La traición fue también de su parte. Y dolió igual o peor.
Y aunque uno perdona, jamás olvida.
Nuestras conversaciones ahora eran basadas en un "buenos días" y un "que descanses". Ni más ni menos. ¿Dolía? Jodidamente sí. Pero sabía que la vida continuaba y el apegarme a esos sucesos, solo me harían torturarme la mente.
