CAPITULO 1: El pasado siempre vuelve.

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SHANGHÁI, CHINA. 5 DE OCTUBRE DEL 2021 ( ACTUALIDAD )

>> ¿Qué? ¿Dónde estoy? La niebla no me deja ver mucho a mi alrededor. Bajo la mirada hacia mi cuerpo, no tenía nada de mi ropa de dormir. En su lugar tenía unos pantalones de chándal blancos. Estaba descalzo, el piso era de tablones de madera y no tenía camisa. Sin dudas esto es un sueño. Aunque los días eran frescos, no tenía frío. Miró nuevamente a mi alrededor, doy un par de pasos hacia adelante; pero esta maldita niebla es tan densa que siento como si pudiese cortarse. Me siento extraño, el no poder ver nada más y la sensación de ansiedad en el ambiente, todo se hace más intenso que antes.

— ¡Yun Tiae! — alce la voz al dar un par de pasos más. Escucho que alguien corre hacia mi, la madera resuena con cada apresurado paso. Pero no veo nada, miro a todos lados pero no hay nadie al menos no que yo vea. — ¡Papá! ¿Eres tú? — extiendo mis manos hacia delante, moviéndolas un poco intentó avanzar. Mis manos intentan palmar algo sólido que no llegue a ver a causa de la niebla, pero todo es inútil. Los pasos no se dejan de escuchar. — Seas quien seas... ¡Te mataré si haces algo! ¡Acércate cobarde!— gruño.

Esta situación no hacía más que ponerme nervioso, tanto como cuando un animal es acorralado. Mi enojo estaba recorriendo no solo mi cuerpo sino también mi mente. Lo que sea que esté pasando me está haciendo temblar, pero de coraje. Me detengo, siento que caminar, no vale la pena. Suspiro bajando la mirada, no se que hacer, por mas que me muevo no salgo de este piso y no veo nada a los alrededores. Un sonido a un costado mío, me hace voltear; ese sonido es familiar y lo conozco bien.

Es el mismo sonido que haría un pez al brincar en el agua. Con caminar lento, me acerco a donde se había escuchado aquel sonido de agua. De la nada, la niebla empieza a dispersarse y frente a mí puedo ver un estanque. Un barandal rojo estilo chino y... Mierda, este lugar es... La piel de mi cuerpo se eriza completamente. Cuando la niebla me dejó ver claramente el lugar, no podía creerlo. Estaba en el jardín posterior del PALACE RED. Cada bello de mi cuerpo estaba alzado y un hormigueo en mi pecho no dejaba de ponerse inquieto. ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué a este lugar que tengo más de 10 años al que no vuelvo? Muchas preguntas y desgraciadamente no había nadie que me las respondiera.

Suelto un suspiro confundido, camino hacia el barandal pensativo, al llegar puse mis manos en el barandal. Algo me decía que estaba olvidando un asunto importante y estar en este lugar me hacía sentir culpable. Bajando la cabeza niego lentamente, no sé que estoy haciendo aquí. Mierda, no saber me da mucha ansiedad y esa ansiedad en mi es completamente peligrosa.

— ¿Por qué aquí...? — no dije más, pues detrás de mí se escuchaban nuevamente los pasos. Lo curioso es que ya no eran apresurados, desconfiado me gire rápidamente pero no había nadie detrás de mí..

— ¿Dónde estás? ¿Por qué no has venido por mí? — una voz dulce y tranquila se escuchaba cada vez más cerca de mí, me inquieta mucho. — Dijiste que vendrías por mí... — esa voz, esa condenada voz es la misma que he estado escuchando en mis sueños sin saber por qué.

Se había escuchado esa dulce voz a un costado mío, para cuando me gire ahí estaba. Una niña pequeña, la misma niña pequeña, de cabello rizado y ojos misteriosos que viene a mi siempre que me duermo. A veces sueño su voz, otras solo la veo, a veces soñaba este lugar pero ninguna de las veces lo había soñado todo junto. Misma criatura pero diferentes circunstancias, esto me irrita ya que no puedo hacer mucho en estos casos. La niña se me acerca viéndome con ojos tristes. Sin pensarlo me puse de rodillas para estar a la altura de ella, pobre pequeña, no debe tener más de 8 años y tener esa tristeza en su alma... Me hace sentir mal.

— ¡Lo sé! ¡Lo sé bien! Pero no se ni siquiera donde estas, ¿Dónde te metiste? — con un poco de nervios tome aquellas pequeñas y regordetas manos dejando besos en los nudillos de estas. — ¿Por qué aun no puedo encontrarte? ¿Acaso me estás evitando? En todos estos años te he buscado por casi todo el mundo. O es que... — un nudo se me hace en la garganta.

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