CAPITULO 5: Ojo de huracán

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FENG LI

La conversación con mi mejor amigo no duró mucho después de eso. Los días venideros fueron sumamente estresantes, al menos para mi, Becca se las ingenio muy bien para poder evitarme en los dos eventos restantes. Poniendo sin querer, o queriendo poner en tela de juicio la capacidad de Yun para escapar. Aunque estaba impaciente por el hecho de que esa mujer estaba tan cerca y a la vez lejos, Yun tenía razón, si hacía las cosas precipitadamente terminaría echando todo a perder.

Ayer había sido la cena de cierre para el congreso, y aunque no me gustó el hecho de que el señor Shang estuviera con ella todo el tiempo; prefería eso, a que estuviera sola. El pudo protegerla en momentos que no pude hacerlo yo personalmente. Hoy decidí tomarlo como descanso y aunque mi asistente casi se queda clavado al escucharlo, accedió a darme este breve descanso antes de volver a la ciudad. Antes de volver a la realidad impuesta por mi padre, si es que quiero conservar mi puesto en la organización y la empresa; tener que casarme con Xin Xin, es un asunto que de verdad me incomoda. No porque ella sea mala persona, sino porque quiere imponer algo de lo que aun no estoy seguro. Sin dudas cada que recuerdo esta situación es agobiante. No me quiero ir, mucho menos ahora que la relación con la cachorrita está peor que al principio.

Luego de darme una buena ducha, salí del baño, viendo toda la habitación. Luego de aquel "desastre" que Yun vio, se movió lo necesario; me consiguió una nueva habitación de hotel y llamó a los "aspiradores" quienes se encargan de limpiar y deshacerse de escenas y cuerpos como el que deje esa noche. Con un suspiro, fui a mi maleta tomando un atuendo casual. Unos vaqueros de color negro y una polo de color azul celeste. Con zapatos casuales y un peinado semi desarreglado, sin dudas un aspecto más relajado a lo que siempre acostumbro a usar. Terminando de arreglarme tomo lo básico para salir; cartera, llaves y celular.

Había quedado con Yun Tiae para desayunar en el restaurante del hotel. Mire el reloj en mi muñeca y bostezo. Seguramente él ya está esperándome, salí de la habitación e ingrese en el elevador, mirando al frente mi mente empieza a divagar; gire un poco mi cabeza a un costado, recordando claramente cómo es que Becca se veía tan linda aquel día de la fiesta. Tan sexy y a la vez tan tierna e inocente. Suspiro un poco decepcionado, no entiendo porque me cuesta tanto acercarme a esa mujer. No solo me pone nervioso, me excita y me hace sentir feliz cuando está a mi lado. Pero se bien que en nuestro último encuentro eche a perder muchas cosas que pudieron haberse dado entre nosotros. Con un suspiro pesado pase una mano por mi rostro. Estaba frustrado, no quise molestar a Yun, los días que le siguieron de esa gala, con el plan que me prometió. Sé que se la estoy poniendo difícil y que debo ser más paciente, pero hoy no puedo más. Necesito saber qué es lo que está pasando con ella y con el dichoso plan que Yun tiene en mente. Momentos más tarde, las puertas del ascensor se abren y salgo, miro a todas partes; mi olfato se empeña en buscar a aquella chica que no hace más que alterarme. Pero nada.

No está aquí ahora y eso me decepciona un poco, es una lastima que ella no esté; deseaba al menos poder verla de lejos como el primer día que la vi en persona. Mi amigo ya estaba viendo el menú cuando llegó hasta él, luego de un breve saludo me senté a su costado. Sentado en la mejor posición del restaurante, en la que me permite ver la mayor parte del lugar empiezo a ver el menú para tener una amplia vista del restaurante tomo la carta. Si, díganme ridículo, aun tengo la esperanza de que ella venga y pueda verla.

— Buen día señor, tiene buen aspecto hoy.

— ¿Buen aspecto? — arrugo un poco la nariz bajando el menú para verlo.

— Sí señor. — Yun Tiae imitó mi acción y me miró con una sonrisa. — Incluso ayer se veía muy estresado. Hoy se le ve más relajado y eso me alegra. Se ve que durmió bien.

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