Mafia // 𝑲𝒊𝒎 𝑻𝒂𝒆𝒉𝒚𝒖𝒏𝒈

.5.

Al despertarme lo primero que hice fue coger el móvil de Jessica y mirar si ya tenía batería, con todas las esperanzas del mundo cogí el móvil y miré la pantalla, el móvil ya tenía batería y eso era una muy buena noticia y por fin podré averiguar más cosas sobre ella, pero primero me levante y me fui a dar una ducha. Mientras me duchaba solo podía pensar en ella, en cómo reaccionaría al verme, ¿y si le doy miedo?, ¿y si no le gusto?, ¿y si le caigo mal? o ¿y si le asusto por mi trabajo o por lo que realmente soy? Creo que sería mejor no decirle nada sobre mi trabajo y sobre mi familia, tendré que acercarme a ella como una persona cualquiera.
Al acabar de ducharme me puse mi traje y baje a la cocina.

- Buenos días, Isabel - le dije a la ama de llaves

- Buenos días, señor Kim , el desayuno ya está servido, tome asiento por favor.

- Por favor Isabel, llámeme Taehyung, se lo he dicho muchas veces - dije enseñándole una agradable sonrisa - y muchas gracias por el desayuno.

- Está bien se...seño....quiero decir Taehyung.

Me senté y desayuné mi gofre con miel, pero en cuestión de segundos me lo acabe. Al acabar cojo mis cosas y me voy a la empresa.

- 𝐍𝐀𝐑𝐑𝐀 𝐉𝐄𝐒𝐒𝐈𝐂𝐀 -

Al despertarme siento un fuerte dolor en el cuerpo, intento levantarme pero no puedo.
Cogí todas las fuerzas del mundo y intenté levantarme del suelo pero cuando lo intenté mis piernas comenzaron a temblar y caí al suelo. Después de unos minutos pude levantarme, tenía que ir a la universidad pero con este estado no podría ir, así que decidí enviarle un mensaje a Lisa y decirle que no iría hoy, cogí mi bolso pero no encontré mi móvil. Me cambié como pude y intenté salir de la habitación, antes de salir de casa entre al lavabo y me miré en el espejo, tenía moretones por todo el rostro, en la barriga, en las piernas, ¡en todo el cuerpo!, no tenía valor de bajar abajo, no quería encontrarme con mi tía.
Baje lo más lento posible y intentando no hacer ruido peor Gracias a Dios mi tía no estaba, cogí las llaves y salgo de casa. Mientras salía de casa decidí soltarme la coleta que llevaba para que pudiera tapar los moretones de el cuello. Estaba caminando por una de las calles principales de la ciudad para poder dirigirme a la casa de Lisa, no quedaba muy lejos de mi casa pero en estos momentos me cuesta mucho caminar, pero de repente sentía mis ojos muy cansados y mis piernas débiles pero aún así seguí caminando, me quedaba muy poco para llegar así que no decidí pararme. Al llegar toco el timbre pero a los segundos me desmayo.

- ¿Quien es? - dice Lisa abriendo la puerta - ¡Jessica! ¡Oh Dios mío! ¿¡Que te ha pasado?! - dijo agachándose para ayudarme a levantarme - ven vamos adentro.

Me ayudo a entrar y hizo que me echara en el sofá mientras que ella iba a buscar el botiquín.

-¿¡Dios santo Jessica?! Tu tía te volvió a pegar - dijo muy preocupada - ¡Jessica por favor cumple lo que me prometiste! Me dijiste que si te volvía a pegar te irías de esa casa, vete de ahí por favor.

- Se lo que dije Lisa, lo haría pero no tengo a dónde ir y es por esa razón que no me voy de su casa - dije mientras que Lisa me curaba mis heridas.

- Quédate conmigo, Vive conmigo Jessica ¡por favor! Seremos como hermanas, hasta si quieres podemos compartir los gastos de casa o si no lo puedo pagar yo pero por favor vete de ahí. - dijo triste.

- No estoy segura Lisa, ¿si me voy que pasará con mi tía? Quiero decir, ella me podría venir a buscar y lo que menos quiero es que te haga daño.

- Tú no te preocupes por eso, además yo ya no quiero seguir viviendo sola y tú eres mi mejor amiga, de ahora en adelante te prometo que cuidaré de ti. - dijo mostrándome su linda sonrisa.

- Está bien, viviré contigo. ¿Pero y mis cosas?

- Si quieres podemos pasar a buscarlas después de trabajar, a partir de ahora nos cuidaremos mutuamente. - me dijo dándome un pequeño abrazo.

- Bien, pero hoy no iré a trabajar, me olvide de avisar a Jin, es que no encuentro mi móvil, creo que me lo dejé ayer en el restaurante.

- No te preocupes yo le avisaré a Jin, y luego buscamos tu móvil.

- Gracias Lisa, no se como podré pagarte todo lo que haces por mi, muchas gracias de verdad. - dije con lágrimas en los ojos.

- No tienes que pagarme nada, tú también me has ayudado cuando yo lo necesitaba.