[ z e r o ]

178 13 1
                                    

|C a p i t u l o   0|

🍒

Park Jimin, de seis años de edad, se encuentra en su habitación.

Aún estando encerrado en su armario, podía escuchar claramente cómo sus padres peleaban en la habitación contigua.

Miro a su pequeño osito de peluche y le tapó las orejitas peludas.

— No hay que escuchar eso, Pato. Mami y papi siempre se gritan.

Los gritos seguían más fuertes que nunca. La pequeña casa en la que vivían tenía las paredes sumamente delgadas, y poco les importaba a los adultos que su pequeño hijo estuviera ahí, escuchando como se insultaban sin descanso.

Las peleas y los golpes eran cosas de todos los días.

Muchas veces la policía había ido a su hogar para ver qué todo estuviera en orden.

Después de cerciorarse de que todo estuviera bien, se iban. Pero las peleas eran seguidas.

Ese día se suponía que tenía que ser especial para el pequeño Jimin, pues cumplía sus seis años. Tenía puesto un hermoso traje amarillo, que le quedaba bien con su piel lechosa, un hermoso collar que su abuela le dio desde que nació y unos zapatos blancos.

La familia estaba lista para salir a consentir a su pequeño por el día tan especial.

Pero no se podían mantener en la misma habitación sin pelear.

Una cosa absurda llevo a los reclamos, luego los gritos e insultos, y ahora ambos adultos gritaban a diestra y siniestra.

— ¡Estoy harto, ya no puedo más!— grito aquel joven hombre empujando a la pelinegra.

— ¡Lárgate, huye como el cobarde que eres!— la mujer le seguía de cerca gritando todo lo que se le cruzaba por la cabeza.

Jimin salió de su habitación, caminando sigilosamente hasta llegar a la habitación de sus padres.

Miro como su padre metía ropa a una pequeña maleta, todo desordenado mientras gritaba más cosas e insultos. La confusión en el rostro de la pequeño era evidente, ¿acaso saldrían de viaje por su cumpleaños?

Sí, seguramente era eso.

Camino con una sonrisa en el rostro hasta su habitación. Guardo en su pequeña mochila sus cosas importantes, su pato de peluche, su par favorito de carritos y su cajita de música. También se llevó consigo los caramelos que tenía ahí, guardados dentro de la misma.

Para comer en el camino.

Se colocó la mochila en la espalda y en ese momento sus padres iban bajando las escaleras.

— ¿A donde vamos mami?— la dulce voz de la pequeño, llamo la atención de los adultos.

La mujer se acerca a su hijo y lo alza en brazos.

— A ningún lado mi amor, tu padre nos abandona.

Miro a su madre con la cabeza de lado.

— ¿Que es abandonar?

El hombre miro los ojos confusos de su hijo, le dolía en el alma dejarlo, pero simplemente no podría aguantar un día más con esa mujer.

— Me tengo que ir, príncipe. Papi vendría pronto.

No. Jimin no quería que su papá se fuera en su cumpleaños. Era su día especial.

Cómo pudo, se bajó de los brazos de su madre mientras ve como uno de los amores más grandes de su vida sale por la puerta.

Corrió por el jardín, no le importó mucho ser regañado después por su madre por correr con el pasto.

Solo quería ir con él.

El hombre intento subir a su auto, pero sintió la pequeña mano de su hijo.

—¿Que haces, Jimin?

— Voy a ir con papá.

El hombre sintió su corazón romperse un poco más.

— No, mi amor. Debes quedarte con mami, ella te va a cuidar.

Él pequeño niega. No quería quedarse con su mami. No quería que se fuera, porque cuando papá se iba, mamá traía a un hombre con el cual mamá se encerraba y escuchaba esos ruidos extraños.

Pero él ya no quería seguir con mamá.

— ¡Llévame contigo!— sus pequeños ojos azules, pronto se llenaron de lágrimas.

— No puedo mi amor. Prometo que regresaré por ti, pequeño.

— ¡Llévame ahora, no quiero quedarme aquí!

El hombre se soltó de la pequeña mano de Jimin, camino rápidamente hasta entrar al auto.

— ¡Tú dijiste que me amabas, llévame, por favor!

— Te amo, mi niño. Prometo que regresaré por ti.

El llanto de la pequeño llamo la atención de la gente al rededor. Sin importarle poco arrancó el auto, mirando como las lágrimas pesadas caían en las mejillas de su hijo.

— ¡Prometo que volveré!

El auto se puso en marcha y él pequeño Jimin no tardó en comenzar a seguir el auto.

Cayó un par de veces raspando sus rodillas, pero se levantó rápidamente. Pero sus piernas eran demasiadas cortas para alcanzarlo.

Miro como el auto se perdía por la calle mientras era levantado por su madre.

¿Por qué justo ese día?

Se suponía que irían a comer a su lugar favorito, le comprarían el juguete de su super héroe favorito, y después llegaría a casa para ver películas mientras comían palomitas y gomitas en el sofá.

¿Por qué todo tuvo que terminar de esta manera tan trágica?

— No lo necesitamos, bebé. Verás que muestra vida será mucho mejor desde ahora.

🍒

[Cualquier error no duden en decirme, nos leemos después. Los ano🥴]

Cherry 爱→ [κοοκμιη]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora