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Jisung despertó, sintiendo un peso sobre él. Se removió, intentando quitárselo de encima, hasta que abrió los ojos y observó el rostro de Minho durmiendo plácidamente con la cabeza en su hombro y medio cuerpo sobre él.
Lo observó detenidamente, pensando en sí algún día podría acostumbrarse a despertar de esa forma. Con dificultad, levantó la mano y acarició su desordenado cabello, dándole ganas de repartir besos por todo su rostro, pero le bastó con darle uno en la frente por miedo a que el mayor despertara.
- Honnie~ Necesito levantarme.- sacudió a su amigo, apartándolo con suavidad y yendo a ponerse una sudadera simple con unos pantalones cortos de andar por casa. Aquel día le tocaba a él hacer el desayuno.
Salió de su habitación, cerrando la puerta con cuidado y dirigiéndose al salón, aunque chocó con Chan por el camino, que al parecer salía del baño.
- Oh, perdón.- se disculpó, secándose el cabello con una toalla.- Buenos días, Ji.
- Buenos días.- se sonrieron y fueron hacia la cocina, Chan decidiéndose por ayudar al menor.
- ¿Qué vas a hacer?- le preguntó, apoyando su espalda contra la encimera.
Jisung buscaba en los cajones los ingredientes de lo que quería elaborar.
- Hace tiempo que no comemos tortitas, y son las favoritas de Minhonnie, ¿quieres?- el mayor asintió, cogiendo el bol que Han le ofrecía y haciendo lo que le indicaba.
- Se ve que Minho y tú sois muy unidos, me alegro que haya encontrado a alguien como tú con quién estar.- comentó Chan, mientras batía la mezcla y Jisung buscaba las frutillas de adorno.
- Sí... somos mejores amigos, ya sabes, por eso somos tan cercanos.
- No creo que los mejores amigos se miren como tú y él se miran.- el menor asintió, sonrojándose levemente y dejando el tema.
Estuvieron así un rato, hasta que tocó poner las tortitas en la sartén.
Jisung echaba la mezcla. Se acababa de lavar las manos, y, sin querer, algo de agua salpicó el caliente aceite, haciendo que Han chocara con el pecho de Chan al retroceder y que este lo tomara por la cintura, impidiendo que cayera.
Era una situación muy inoportuna, teniendo en cuenta que Minho acababa de entrar a la cocina.
- Perdón, ya me iba.- se dió la vuelta, ignorando el malestar en su pecho y queriendo encerrarse en su habitación, que ahora estaba ocupada por su primo.
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- ¿Minho?- Han tocó la puerta del baño, extrañado de que el mayor no saliese a comer cuando le había llamado antes.- ¿Honnie, estás ahí?
Otra vez recibió un silencio como respuesta.
Suspiró, yendo a buscar la llave del baño. No le gustaba cuando su mayor se ponía terco por cosas sin importancia, cuando ayer habían hablado del tema. ¿Desde cuándo era así? Él era así o más cercano con los demás, y nunca tuvo ninguna reacción. ¿Por qué ahora?
- Voy a entrar.- avisó, abriendo la puerta.
Cerró los ojos rápidamente al ver al mayor duchándose. Al parecer no le había escuchado por el ruido del agua.
Cualquier persona normal habría salido, pero Jisung estaba estático en su lugar.
- ¿Sunggie?- el sonido del agua cesó y escuchó los pasos del mayor acercarse y como se ponía algo encima, o eso esperaba.- Ya puedes mirar, bebé.
Abrió los ojos lentamente, mirándolo de reojo. Estaba muy rojo, lo sabía, y el rostro y cabello mojado de Lee, más sus labios entreabiertos, no ayudaban en nada.
- Y-yo, pensé que te habían enfadado.- murmuró, evitando mirarle fijamente. Escuchó su risa.
- No te preocupes, solo vine a darme una ducha. Como dijiste ayer, no tengo porqué celarte. Somos mejores amigos, eso no tiene por qué cambiar.
