ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴄᴜᴀᴛʀᴏ

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SeungHyun besó las muñecas de G-Dragón cuando las liberó. Lamiendo la piel enrojecida, probó la sal de su sudor, mezclada con los restos almizcleños del cuero. G-Dragón miraba cada movimiento como si estuviera esperando que sucediera lo inevitable. Moviéndose una vez más entre sus muslos blancos como la leche, SeungHyun liberó los tobillos de sus restricciones.

— Ven aquí — dijo abriendo los brazos.

Con un leve quejido, G-Dragón se metió entre ellos.

— Abrázame. Quiero que lo hagas.

Con las palabras susurradas de SeungHyun, los brazos de G-Dragón lo apretaron hasta casi provocarle dolor. Los suaves susurros se convirtieron en ligeros sollozos.

— Está bien. Ahora yo voy a cuidar de ti.

Los sollozos sacudieron el cuerpo de G-Dragón, que se convulsionaba casi como si sufriera un ataque de histeria. Frotando la espalda de G-Dragón por debajo de su descuidada camisa, SeungHyun susurró:

— Déjalo salir. Las cosas van a ser diferentes, pero para mejor.

[...]

Después de una ducha caliente, un G-Dragón más tranquilo se sentó en el sofá y se acurrucó contra SeungHyun, apoyando la cabeza contra su pecho. Vestido con sus vaqueros y una camiseta prestada, parecía más cómodo que antes, menos tenso por el contacto cercano. 

Con un brazo rodeando al nervioso joven, SeungHyun comenzó a indagar.

— ¿De dónde eres? — tal vez con preguntas sencillas obtendría más información.

— De aquí. De Seúl.

Las respuestas también fueron sencillas. Esto podría llevarle algún tiempo.

— ¿Tienes familia aquí?

— No. Están todos muertos.

— Lo siento. Sé lo que es perder a alguien que quieres — dijo SeungHyun mientras le acariciaba el pelo.

— No los recuerdo.

— ¿Quién te crió?

— Familias adoptivas.

— ¿Una o varias? — no le extrañaba que no estuviera acostumbrado a las muestras de cariño. Entre Ji Sub y el sistema de adopción, no le sorprendía que tuviera miedo de todo.

— Seis. Fueron seis.

— ¿Cuántos años tenías cuando fuiste adoptado por primera vez?

— Cinco, creo.

Demasiado mayor para ser adoptado con facilidad. SeungHyun cerró los ojos pensando en el pobre niño, perdido en el sistema.

— ¿Cómo eran tus padres adoptivos?

— Yo era desobediente. Tenía que ser castigado. Esa fue la razón por la que mi último padre adoptivo me vendió a mi Amo. Dijo que él me haría ser obediente.

SeungHyun luchó por mantener escondida la cólera que sentía.

— ¿Cuántos años tenías cuando pasó eso?

— Dieciocho, creo.

— ¿No sabías cuántos años tenías?

— Creía que tenía dieciséis, pero mi padre adoptivo me dijo que tenía dieciocho, porque de otra forma no podría haberme vendido. — El tono de G-Dragón era tan tranquilo, de hecho, como si esa fuera la manera en que las cosas se suponía que tenían que suceder.

『 복종 』 » GTOPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora