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Jungkook había regresado a su departamento y cuando abrió la puerta del mismo no encontró a Jimin por ningún lado, eso le alivio de cierto modo pues no quería agobiarse con esa conversación justo ahora.

Cuando entro a su habitación dejo su teléfono en la mesita de noche el cual había encendido y justo en ese momento el aparato empezó a vibrar descontroladamente por los varios mensajes y notificaciones que llegaban, Jungkook se recostó en su cama y tomó el teléfono nuevamente yendo a los mensajes directamente al chat de alguien que extrañaba mucho.

Hola Jin Hyung ¿como has estado?

¡Hola Jungkook! Dios pensé que te había pasado algo ¿por que no habías escrito?

Oh lo lamento Jinnie, he tenido unos días realmente duros y no tuve tiempo de escribirte :(

No te preocupes, cuentame que sucede

Jungkook le contó todo lo que había sucedido estos días y le aconsejo sobre el tema, Seokjin era un hombre realmente sabio y muy maduro, aunque tuviese la carita de un ángel como decía el castaño, eso no quitaba que Jin fuese un hombre muy centrado y gracias a eso pudo hacer que la estadía del maknae en Europa fuera mucho más tranquila y agradable, Seokjin le trataba como un hermano menor y eso le gustaba, le gustaba sentirse querido y tenían razón.

Jungkook no necesita únicamente de Jimin para sentirse bien, el puede tener otros amigos sin problemas, sin necesidad de ser alguien toxico y posesivo.

•••

El castaño estuvo un par de horas hablando con Seokjin e incluso hicieron una videollamada en la cual el menor le mostraba un poco de su habitación y la casa, algo que le hizo gracia a Jin pues su pequeño estaba muy emocionado por ello.

-Enviale saludos a Eunha y dile que pronto le enviaré un mensaje, la extraño, a ambos.-Jungkook se despidió del pelinegro y dejo el teléfono a un lado, ya había oscurecido y ni siquiera se había detenido a pensar en comer algo y su estómago se lo hizo saber cuándo sintió sus tripas rugir con afán. Se levantó camino a la cocina y observó lo que había en el refrigerador, no tenía muchas ganas de cocinar así que optó por tomar un paquete de ramen instaneo y comerlo aunque sabía que eso realmente era dañino para el no le importo en el momento.

Si Jin estuviese viéndolo seguro se llevaría un buen zape en la cabeza, el mayor cocinaba exquisitamente bien y siempre que podía le hacía ricos platillos al menor. Jungkook sacó el tazón de agua hirviendo y lo vertió junto con los fideos y luego el pequeño sobre de condimentos, se estiro un poco a esperar pacientemente los minutos en los que su comida se mezclase bien.

Al servir su plato y sentarse en la isla de la cocina a comer tranquilamente escucho las llaves sonar en la puerta el chico siguió comiendo cuando observó la cabellera rubia de su compañero asomarse dejando a un lado el paraguas que traía en su mano, afuera había una fuerte tormenta y el más bajo era testigo de ello con su cabello húmedo y su ropa algo mojada.

Jungkook le dio una mirada algo fugaz y luego llevo unos cuantos fideos a su boca con los palillos, la tensión se podía cortar con una tijera y el lugar estaba en total silencio a excepción del sonido de la fuerte lluvia afuera.

-Jungkook...-Jimin paseo cabizbajo hasta entrar a la cocina por completo y posarse frente al menor.

-¿Jimin?-El chico le miro de soslayo mientras se concentraba en su comida.

-Lo siento Kookie.-El rubio dejo salir un largo suspiro como si hubiese estado reteniendo el aire por mucho rato, el pelinegro dejo el tazón vacío a un lado y pasó una servilleta por la comisura de sus labios para dedicarle una mirada a Jimin.

¡Save me, Jungkook! [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora