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—¿Aún no quieres volver a casa?—Pregunto Yoongi acariciando el cabello rubio del menor quien descansaba sobre su pecho.

La pareja luego de ese sorpresivo pero tan esperado beso se dejó ciertos puntos en claro, al parecer Jimin había estado sintiendo algo más que amistad con Yoongi desde hace un tiempo y el mayor le reveló que siempre le quiso de manera distinta pero nunca supo como hacérselo saber.

—¿Quieres que me vaya?—Jimin levantó la mirada con ojitos de cachorro y el pelinegro soltó una carcajada por la expresión del menor.

—Claro que no, Jiminie—Yoongi le besó la frente y lo apretó junto a el—Pero...no puedes seguir evitando el tema con Jungkook, se que ha hecho mal pero tampoco puedes seguir postergando esa charla.

Jimin llevaba una semana en casa del pelinegro, le generaba seguridad y calma estar y hablar con el después de lo sucedido y había ido de vez en vez a ver a Taehyung quien estaba mucho más calmado.

—No quiero hablar con Jungkook, se que si lo hago le diré cosas hirientes y no puedo...no lo odio solo que, no soy un objeto y él me trata como si fuese de su propiedad a veces creo que...—Jimin se calló antes de decir lo que vagaba por su mente y se sentó en la cama, el pelinegro se recostó contra el respaldo de la cama y le miró.

—¿Que le gustas? Por un tiempo yo también lo creí, incluso Hoseok y Namjoon—Jimin levantó la vista sorprendido por sus palabras—Pero lo descartamos, Jungkook te ve como a un hermano, el brillo que se ve en su mirada es muy diferente, Jungkook te quiere pero sigue siendo un chico inmaduro.

Jimin también creía en el fondo que así era, Jungkook nunca dio indicios de tener otras intenciones, simplemente era un chico que necesitaba atención y no había visto a su Hyung en cuatro años.

—Ire al departamento, tenemos que hablar las cosas como dos adultos, Jungkook tiene que entender que el solo lo es mi prioridad.

***

Jimin abrió la puerta de su departamento y al entrar y encontrar todo oscuro se extraño.

Se descalzo y cerró la puerta tras suyo para encender el interruptor de la luz, el lugar estaba aparentemente vacío así que camino al pasillo y abrió la puerta de la habitación de jungkook con cierto temor de encontrarlo ahí pero, la habitación estaba vacía y a oscuras así que Jimin encendió la luz y vio la cama ordenada como si no hubiesen dormido en ella y solo una nota de papel sobresalía en el medio de la colcha.

Jimin la tomo y se sentó.

Me fui a casa de mi padre, lamento las molestias.

Jk

Jimin leyó una y otra vez las palabras y sintio un sentimiento de culpa dentro de si, no tardó demasiado cuando sus ojos se humedecieron. Muchas emociones a la vez lo estaban agotando, el quería a Jungkook, era su hermano menor pero estaba enojado y decepcionado.

El rubio se recostó en la cama del menor y se acurrucó junto a una almohada, olía a el. Jimin estaba enojado sí, pero, por un momento quiso ver al pelinegro entrar por la puerta con su sonrisa de conejo listo para abrazarlo y acostarse junto a el.

***

—Esta bien papá, de acuerdo, si... ajá...ok adiós.

El maknae se despidió de su progenitor y dejó el teléfono en la mesita de su habitación, había tomado la decisión de quedarse en la casa donde había crecido, no tenía rostro para ver al rubio y tampoco quería hacerlo.

La casa de sus padres se sentía completamente sola no había mucha diferencia de cuando vivía allí con sus padres. Su madre aunque siempre trato de darle amor a veces se sumergía demasiado en su trabajo y su padre siendo un auténtico hijo de puta como siempre.

Y agradecía el que siguiera en Francia por sus negocios, no quería verle y que le reprochara todo lo que hacía y quisiera llevárselo a la empresa para que se vaya familiarizando con lo que debía manejar pronto. El menor no se sentía preparado ni mucho menos listo para manejar la empresa de su padre, ni siquiera quería ser un empresario estirado metido veinticuatro siete en su trabajo.

—Jungkookie te deje lista una cena delicioso y un postre en el refrigerador, ten buenas noches.

—Muchas ganas Soyeon noona—Jungkook acompaño a la mujer a la puerta, Soyeon había servido desde hace años a la familia Jeon y ahora que Jungkook se estaba quedando en casa no dudo en atenderle con ricas comidas.

Luego de despedirse Jungkook se sentó solitario en la mesa y comió la cena por completo, había recuperado el apetito ya que los primeros días de la semana solo subsistía solo con agua. Después de devorar todo en el plato busco en el refrigerador lo que Soyeon noona le había dejado y se le iluminaron los ojos al ver el bol de helado de chocolate con galletas oreo.

El mejor busco una cuchara y de tiro en el enorme sofá en forma de L en la habitación y encendió la tv buscando alguna película de acción que ver.

El maknae estaba inmerso en una escena metiendo lentamente una cuchara de helado a su boca dejándola allí hasta que el sonido del timbre resonó en la casa haciéndolo pegar un gritito.

—Mierda ¿Quién es a esta hora?

Jungkook se levantó con el bol en mano sin poder dejar de comer el helado y camino hasta la entrada, tal vez a Soyeon noona se le había olvidado algo pero al abrir la puerta habría esperado a cualquiera menos a quien estaba de pie bajo la lluvia que había comenzado a caer hace unos minutos.

—¿Taehyung?

El mayor lucia con aspecto decaído y traía una botella de Soju en mano, estaba empapado por la lluvia y tiritaba por el frío, Jungkook dudo unos segundos pero le jalo del brazo para que pasara, no podía dejarlo morir de hipotermia allí afuera.

—No es por ser grosero pero...¿Que haces en mi casa?

—Eres un maldito—Balbuceo a duras penas tambaleándose y apuntándole con el dedo.

Bien que demonios está sucediendo.

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Hola familia, espero les guste el capítulo de hoy, lamento si son muy cortos pero es así como prefiero hacerlos, el capítulo siguiente traerá muchas respuestas y con ellas la razón de por qué a Taehyung parece caerle mal Jungkook.

Disfruten de la lectura, nos vemos en una semana.

—Vante.

¡Save me, Jungkook! [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora