Wonho

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Capitulo 1

Aún lo escuchó llorar.

Ese día lo salvé de morir
Estaba sucio completamente, su color de piel no se veía de entré tanta mugre y polvo.

El lloraba pero no era un llanto normal.

Era un llanto de resignación. Supongo que por no haber logrado acabar con su vida.

Aún estando en el suelo me mira un momento para después levantarse y correr.


Solo lo vi marcharse, yo aún seguía en el suelo, pero me levanté enseguida preocupado por qué volviera a intentarlo.

Logré seguirle el paso pero...
¡Demonios tiene unas piernas enormes!

Estaba frente a mí y en un segundo lo perdí.

A punto de darme por vencido lo veo frente a la puerta de un hombre de mediana edad que está parado en la entrada.

Lo golpea—No debiste volver sin dinero, eres muy valiente.


— No fue culpa mía.

Antes de que el señor lo meta de un jalón al edificio el chico voltea para mirarme  directamente dejándome congelado.

Vuelvo en si para volver a mirar la construcción que pareciera como si fuera a caerse a pedazos.

El camino de vuelta a casa es largo, sobretodo tomando en cuenta que se me ocurrió tomar en transporte en vez de traer mi auto, así que cuando al fin llegó a mi departamento caigo rendido en la cama
Continúo mi rutina al día siguiente, yendo a la empresa donde trabajo, sin dejar de pensar ni un instante en ese chico.

Me miraba de una manera tan especial y serena, como sí me conociera de toda la vida.

                              [.....]
                             
Las siguientes semanas estuve pasando diariamente por los lugares dónde lo vi por primera vez sin tener suerte.
No lo podía sacar de mi mente, me sentía necesitado de su presencia.

Pareciera cómo si se estuviera ocultando de mi.

Gire en la autopista para volver a casa, quería descansar.
Tanto que estuve a punto de dormirme esperando el semáforo en verde.

De pronto unos golpes en la ventana me despiertan bruscamente, haciéndome bajar el vidrio.

Deje de respirar por un instante, ahí pues ahí estaba el.

En el momento preciso en que asoma la cara dentro del auto nuestras miradas se encuentran nuevamente.

—No tendrá un poco de dinero o comida que me regale, no e comido en una semana—lo escuchó decir.


Sin hacer ningún gesto las lágrimas comienzan a brotar de mis ojos como una tormenta, mientras le entrego unos billetes que traía en la bolsa del pantalón.

El toca mi hombro para después irse al siguiente carro antes de que el semáforo cambié.

Debo seguir conduciendo a casa cuando lo veo nuevamente a la orilla de la carretera dándole el dinero a dos niños pequeños que se acercaron a el vestidos de payasitos.

Se incliná para tocarles el cabello y marcharse cuando ve a otro payaso más grande acercarse.

Lo sigo a una distancia prudente evitando parecer un acosador, cuando veo como cae al suelo y lucha para levantarse.

Esta tan débil que frenó de golpe al verlo y hago una maniobra para acomodar el auto en la orilla.

Dormido en él asiento de atrás, aceleró para llegar rápido a casa.

Me estacionó y bajo para sacarlo y llevarlo adentro, cosa que se me hace complicada al momento de intentar abrir la puerta.

Cuando al fin lo logró, con sumó cuidado lo dejó en el sofá y me muevo a mí habitación para buscar una manta y el kit de primeros auxilios.

El sol comienza a ocultarse y caigo rendido quedándome dormido en el sofá de al lado cuando termino de curarlo.

Al día siguiente al despertar me doy cuenta de que ya no está, ni el ni la manta que lo cubría.
Corro hacía la puerta para ver qué tiene los seguros puestos por dentro.

Me acerco a las ventanas que están igual, pareciera que solo fue un sueño.

Un sueño muy real.

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⏰ Última actualización: Dec 21, 2020 ⏰

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