Eran las cinco cuarenta de la tarde, y el peliazul no llegaba.
Jungkook habia llegado puntual, odiaba que lo hicieran esperar pero unos ojos rasgados y negros impedían que abandonara el lugar y siguiera ahí esperando. Cuando más de una vez se había ido pasado los quince minutos.
Jungkook no esperaba a nadie, a nadie.
Pero esta vez no.
Necesitaba que Taehyung callera completamente por él, y tenía que ser un "buen novio".
Estaba sentado en un sillón gris, de una de las mesas del rincón, que daba con una ventana enorme apuntando a la calle. El lugar era sencillo pero lindo, aunque no era el típico lugar donde él estaría.
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Cuando llegó, lo atendió una mesera de cabello teñido en rosa, aquella mujer no paraba de jugar con sus cabellos mientras lo miraba y Jungkook le correspondía sus miradas, Rosé decía el gafete de su uniforme. Era fácil seguirle el juego, mirarle un par de veces, sonreírle y después la tendría en la cama.
Ambos sabían que estaban coqueteando.
Pero eso no quitaba que estuviera molesto.
¿como era capaz de dejarlo ahí esperando?
Después de un rato la campana de la entrada sonó, cuando se abrió la puerta entro un chico de cabellos azules, tenia las mejillas rojas, los ojos cristalinos, unas pequeñas gotas de sudor y el cabello revuelto, parecía que había corrido un maratón. Se quedó parado en la entrada mientras buscaba con la mirada al chico de cabellos negros quien miraba su celular, se encaminó hacia el a paso apresurado.
-l~lo siento- dijo Taehyung, tratando de recuperar el aliento, parecía cansado -el profesor de historia nos ha retenido un poco más, quise avisarte pero no tengo tu número, y ... l~lo siento, de verdad l~lo siento- termino diciendo el chico de respiración ansiosa haciendo ligeras reverencias.
-no me gusta que me hagan esperar, trata de llegar puntual- dijo Jungkook guardando su celular.
-de verdad lo siento- dijo una última vez el peliazul tomando aciento en el sillón enfrente de Jungkook.
-ya ordenante?- continuó diciendo el chico, tomando la carta para pedir su orden, acomodando los cabellos que tenía en la frente.
-No... tú me invitaste a salir, así que quiero que me recomiendes algo- dijo el mayor.
-los americanos aqui son geniales, ¿te parece?- dijo el menor sonriendo.
-esta bien, porqué no- contestó Jungkook alzando los hombros.
Taehyung alzo su mano, y la mesera pelirosa se acercó a ellos. Obviamente mirando a Jungkook quien no le era indiferente, mientras Taehyung miraba la carta para poder ordenar.
