primer contacto

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Sus hermanos lo concideraban como el ignis más holgazan que entre ellos, y puede que tenga razón. Sin embargo la razón por la que no seguía las órdenes es porque simplemente su programación no estaba interesado en hacer todo lo que ellos tenían planeado realizar.

Así pues, cuando todo ellos decidieron darse a conocer a sus respectivos orígenes y hablar sobre su creación, no tuvo más opción que obedecer e ir con el niño que le dio forma.

Le hablo sobre el proyecto Hanoi y quien lo hizo. Escuchaba cada una de sus palabras y las tomaba como verdad.

Tal vez todo hubiera sido tan fácil si no fuera porque la mente humana era tan complicada de predecir; tal vez todo hubiera sido más sencillo si supiera el como reaccionaria su humano a toda la noticia.

Ambos estaban dispuestos a trabajar por lo que su niño solo dijo que lo llamaría cuando fuera necesario.

El tiempo no pasaba como lo era él suyo. Cuando pensó que había pasdo un par de días, en realidad habían sido cinco años cuando su niño lo busco.

La siguiente vez que desperto en el disco de duelo había más personas a su alrededor, seis de ellos para ser exacto y otros tres más alfrente de ellos.

Su niño era quien tenía la batuta de la conversación. Y dos de las tres personas los miraban acorralados. El que se suponía era mayor de todos ellos se interponía entre ellos y las dos personas de su lado.

Era un joven muy apuesto, según los estándares de belleza humanos, y los miraba como un animal salvaje acorralado por sus cazadores. No se movía aun cuando sabia que era una pelea perdida, especialmente cuando uno de los suyos no sabía lo que estaba pasando.

-esto se acabo Kogami.-escucha decir.-rindete, si no quieres ver toda la ciudad destruido.

-Esto es un error. No tienes idea de lo que estás a punto de hacer.

-No. Al contrario hace 5 años, se lo que estoy haciendo Kogami y se llama venganza.

El menor de ambos chicos grito un nombre y fue separado a la fuerza. Cuando quiso recuperar a su amigo alguien más lo golpeo por detrás dejando inconciente al bello hombre peliblanco; y su niño camina tranquilamentr mientras apagaba las maquinas.

No sabía que era lo que estaba haciendo.

Tal vez le podía preguntar que significaba ese ruido tan molesto y esa linea verde sin movimiento que proyectaba la pantalla.

Uindā SeibraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora