Por toda la eternidad

54 31 1
                                    

-Ven conmigo.
-Ya te dije que no. Quiero quedarme aquí.
-¿Por qué? Debemos estar juntas.- echo un vistazo al rededor, aún tenía tiempo para convencerla.- Esto no es bueno para ti, debes venir conmigo.
-Claro que es bueno para mí, aquí soy feliz, lo que no sería bueno para las dos es que me fuera de aquí.
-¡Deja de actuar como una niña! No puedes hacer berrinches ni voy a cumplir tu capricho, regresas conmigo. ¿Cómo recuerdas que equipos jugaban ese día?
-No es un capricho, deseo vivir aquí porque soy feliz y seré feliz aquí. No los recuerdo sólo imagino algo parecido.
-¿Quieres quedarte aquí para siempre?
- Para siempre. Este momento ha sido el más feliz de mi vida.
-Nuestro momento.- le respondió a su otra yo. Llevaba ya un rato en esta situación,debía irse ya pero quería que fuera juntas,
-Lo fue pero ya no. Tú te irás y conseguirás otros momentos que considerarás como los más felices de tu vida. Yo sólo tengo este. Déjame y vete.

A lo lejos y entre las personas sin rostro se vio una figura aproximarse. Se había acabado el tiempo, volteó a ver a su otra yo; vio su ropa y la cara que mostraba que estaba ilusionada y contenta. Suspiró con resignación y la abrazó.
- No la he vuelto a usar y no pienso hacerlo de nuevo, es tuya.-le dijo.
- Gracias ¿entonces me dejarás aquí?
- Última oportunidad ¿segura que te quieres quedar? ¿No te cansarás de repetir este día?
- Sí a la primera pregunta y no a la segunda.
-¿Y si quiero verte?
- Cuando sea eso probablemente esté en uno de los juegos. Me esperarás en las bancas ¿te parece?- La chica asintió- Bien, debo irme ya.- dijo mientras comenzaba a caminar hacia donde estaba la otra persona.

La otra muchacha siguió a los dos jóvenes con la mirada, llegaron a las escaleras eléctricas y la chica volteó a verla una última vez despidiéndose, ella le respondió igual, por fin los perdió de vista. Una lágrima y una sonrisa se le escaparon comenzó a andar hacia la salida.
"Es una niña" pensó. Eran la misma persona con la misma edad y a pesar de ello no habían crecido nada, seria devorada por el mundo si saliera sólo un momento, lo mejor era dejarla allí, así estaría segura y viviría feliz por siempre. Era tranquilo y por un instante consideró quedarse en un lugar así pero no tenía otro momento feliz y si lo tuviera ¿quien protegería la felicidad de su otra yo? No podia hacer eso, se lo debía a ella, tenía que regresar por las dos. Se iba desintegrando el recuerdo con cada paso que deba, lo sabía y no quería mirar. Llegó a la luz oscura, respiró hondo y volvió a la realidad.

La muñequita de porcelanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora