Detention

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Estaban tan enamorados y tan nerviosos, recordaban sus momentos juntos; cuando TaeHyung cayó de pompa cuando fueron descubiertos por la profesora Seulgi, cuando Tae fue a conocer a sus suegros, cuando a YoonGi después de que Tae se fue lo golpearon por salir con un alumno, y muchos recuerdos más.

Y tantos que faltaban después de la ceremonia, YoonGi estaba que se desmayaba de los nervios, su moño negro estaba arrugado de tanto que halaba de el, y TaeHyung por otra parte miraba atónito como su trasero se marcaba en aquel pantalón de vestir blanco.

Polos opuestos.

Después de que la ceremonia pasara, a YoonGi se le cayera el anillo para TaeHyung, que comenzará a tartamudear y a sudar; por fin ambos dieron el sí. En la fiesta solo estaban sus familiares, exceptuando algunos de Tae, YoonGi estaba tan orgulloso de lo que su chico llego a ser, de ser un chico problema a uno completamente responsable, empezando una carrera universitaria, y una vida a su lado. Aún podía recordar cuando le sacaba dls cabezas de altura al castaño, ahora TaeHyung le sacaba cinco centímetros más.
Mas sin embargo se sentía volar cada que veía como TaeHyung jugaba a lanzar un ramo que sacó del centro de mesa, porque el suyo se lo había lanzado a un adolescente homofobico. Su esposo era extraordinario. Y él simplemente se limitaba a ver todo, sentado desde la mesa de los novios; él quería que todo terminará para estar con su esposo.

📖

Sicilia era un lugar hermoso, las catedrales y restaurantes los dejaron anonadados, pero ambos sabían que dejarían todo eso para el día siguiente.

Las embestidas eran precisas, YoonGi iba lento pero fuerte a la vez, una combinación que hacía que la espalda de TaeHyung se arqueara; ninguno de los dos supo como pasaron de estar acostados a estar empotrando a TaeHyung sobre el balcón. YoonGi no era exhibicionista ni siquiera una fetiche por eso, TaeHyung sí.
Tae sintió que pudo rozar el cielo con la punta de sus dedos, pero fue traído de vuelta cuando ambos se corrieron a la vez.

Ambos se sentían en el cielo, después de todo s ello merecían.

— Cariño...-

— ¿Mmm?-

— ¿Podemos vernos todas las noches de nuestra vida en detención?-

Claro que sí, Tae...-








Ya esto es lo último, muchas gracias y las invito a pasarse por mi nueva historia, gracias.

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