-No es no Lawliet, ¿Podrías dejar de insistir? Tengo que terminar esta presentación para el viernes- Me levanté de la silla caminando por la habitación hasta llegar a la fotocopiadora al fondo. El me seguía con la mirada sentado, de esta característica manera, en el sillón delante de mi escritorio.
-Número uno, usar ese nombre no es seguro en ningun lado amenos de que lo asegure yo mismo. Número dos, necesito la inteligencia de Z para lograr cerrar el caso. Solo ella puede ver las cosas de formas que yo ignoro o no logro entender en su totalidad-
-Lo se, lo se. Eres un inepto si hablamos de sentimientos, habilidades sociales o cultura pop actual y pasada. Pero no se que puedo aportar para este caso. Estás buscando a un niño, alguien igual de infantil que tú. Y... tu sabes que odio que me llamen así desde que me retire y deja de tratarme como si fuera dos personas diferentes- Me volví a sentar frente a la computadora para llenar la siguiente forma en la lista.
-Pero lo extrañas. Tal vez sea malo leyendo a la gente, pero te conozco a ti. Y a mis ojos eres un libro abierto, reconozco ese brillo en tus ojos cuando te hablo de mis casos y se que tratas de reprimir toda esa emoción cruzando las piernas y mordiendo tu labio- De inmediato y de manera discreta descruce las piernas. Él tenía razón, yo hacía todo eso.
-Eres muy inteligente...- susurré y me incline en el escritorio, apoyándome en mis codos. Él hizo lo mismo, acercándose a mí.
-Tu también lo eres...- Dice en voz baja, solo para mi. Acercándonos al otro lentamente. Bajaba la mirada de sus ojos a sus labios y él hacía lo mismo. Acerqué mi mano lentamente a la suya para tomarle de la muñeca.
Se acercó lentamente a mí bajando una de sus piernas al suelo para no caer de la silla. El cierra los ojos, ¿Enserio creía que lo besaría después de todo lo que me hizo? Con un jalón de muñeca el bajo por completo de la silla, rodeó el escritorio y lo jale hasta la puerta de mi oficina, era tarde, solo había otros dos compañeros en mi piso. Lo saque de un empujón y me apoye en la pesada puerta de manera.
-Escucha Lawliet, se que no me necesitas. Me lo dejaste claro la última vez que trabajamos juntos. Si, también sé que fue un ataque de ira, pero necesitas controlar eso. Me heriste y ni siquiera te disculpaste. Piensa en eso por favor.- Intentó cerrarle la puerta en la cara pero él la detuvo sosteniendo con fuerza.
-¿Qué tengo que hacer para que me perdones?- Pregunta él, lo derrote.
-Atrapa a Kira, o discúlpate con palabras- Le di opciones, porque de verdad quería escucharlo pedirme disculpas. Pero no, se quedó en silencio los próximos diez minutos. Sentí como los ojos me picaban un poco y un nudo en la garganta. El dejó que la puerta se cerrara lentamente, y yo quede apoyada en ella, con ambas palmas apoyadas en ella mientras escuchaba sus pasos alejarse. Supongo que no lo volveré a ver dentro de algunos meses, incluso años como la última vez.
[...]
Desearía solo haber tirado todos esos informes al cielo, y haberme lanzado a sus brazos apenas entro a mi oficina ese día. Hubiera aceptado escapar con él aquel día en Inglaterra. Ojala hubiera dicho "Si" cuando él me ofreció trabajar con él después de graduarnos.
Había llegado a mi casa y mi bebe estaba jugando con las cartas y el peridico que llegaba por el correo. Le quite las cartas y justo entre ellas se encontraba una con la característica y horrible letra de Elle. En ella me pedía verme, quería pedirme perdón en persona, pero en caso de que no lo lograra lo hacía ahí mismo en la carta. Tomé a mi hijo y algunas maletas, y los dos volamos en avión hasta Japón donde las noticias solo parecían empeorar.
Todo es mi culpa, el me necesitaba y yo con mi tonto rencor deje que se fuera sin mi. ¿Por qué no fui detrás de él la última vez que me busco y lo rechace? El clima era frío en Inglaterra, tenía a mi pequeño Steve abrazado a mis piernas, él no entendía del todo qué hacíamos ahí. No entendia por que el nombre de su supusto "padre" estaba sobre una lapida de marmol pulido negro. Quillsh estaba esperándome en una limusina en la entrada del cementerio, le prometí a Steve que iríamos a un picnic el primer día en Winchester.
-Mama...- Me llamo mi pequeño
-¿Si, bebe?- se coloque de cuclillas para acomodar su sudadera y ponerle la capucha, tendría que convencerlo en el camino para ir a un restaurante de comida rápida, no quiero que se resfríe.
-No volveré a ver a pops, verdad?- Steve era un niño americano, y había crecido llamándole así.
-No lo se, mi vida. Solo esperemos lo mejor, ¿si? Oye... ¿Qué tal unas hamburguesas?- Le sonreí tratando de mejorar el aura melancólica. El grito "Si" y salió corriendo hacia el que veía como un abuelo. No lo culpaba. Tome mi bolso con fuerza y vi una última vez la tumba de mi ex-esposo. Después voltee a observar como Quillsh levantaba entre sus brazos a mi pequeño. Camine por la vereda, entre las hileras de lápidas con flores, adornos y fotografías. Near debía estar listo para sustituir a Lawliet, y esta vez yo me aseguraría de estar ahí para él. Supongo que eso él hubiera querido.
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One-Shots [Elle Lawliet y tu]
FanfictionOne-Shots y cortos de este misterioso, y hermoso, personaje que a la mayoría que vimos Death Note nos encanto. Yo personalmente estoy enamorada de el haha. Disfruten de mis estupideces.