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Capítulo 03. Los siete días de la mala suerte.

  
 

La sala de Historia se había sumido en un silencio sepulcral desde que había gritado, hace ya varios minutos. Nick tenía cara de pánico y Alex estaba observándome como un psicólogo a su trastornado paciente. Todos me observaban como si me hubiera salido un tercer ojo demoniaco. Aunque, la verdad ya era normal ese tipo de miradas. A Nick y a mí siempre estaban observándonos con curiosidad o cosas así, somos demasiados llamativos y diferentes para ser hermanos, y peor cuando papá tiene el cabello castaño claro con ojos miel. Osea, se notaba a kilómetros que no era nuestro padre y nosotros no éramos sus hijos.

Nadie se atreve a decirlo en voz alta o frente a nosotros, en cambio se la pasan susurrando por los pasillos cosas estúpidas. Crean hipótesis locas del por qué nos mudamos aquí. Algunos dicen que es por protección de testigos, que papá declaró en contra de un temido mafioso. Que somos buscados por la justicia y nada mejor que Winston Wood para escondernos. En cierto modo es divertido, y también cierto.

—¿Entonces, señorita Vance? ¿Va a contestar mi pregunta o prefiere hacerle una visita al director? —Nick me hizo señas de que no dijera nada, en cambio Alex nos observaba a ambos muy confundido. Sabia que Nick también había escuchado la misma voz y si no me estoy equivocando, en vez de decir mi nombre dijo el suyo. Lo cual me lleva a pensar que Alex también, por eso nos observaba de esa manera. 

Si supieras, chico nuevo, que hubo un tiempo en que oírlas era algo normal para nosotros.

Sentí mis manos sudar y mi corazón acelerarse. ¿Qué hago? ¿Quedo como una loca o le hago una visita al director? Tal vez podía hecharle la culpa a otra persona, no lo sé. Los que se sientan atrás de nosotros siempre nos molestan, así que podía ser una buena opción, sin embargo, teníamos que hablar con Alex de algo importante y la única forma era ir a la dirección, los tres. Y ya que el viejo calvo estaba de nuestro lado, podríamos quedarnos allí sin que nos hiciera un reporte o llamara a nuestros padres.

—Axel me estaba molestando. —Solté lo primero que se me ocurrió, me crucé de brazos y aunque sabia que Alex me estaba fulminando con la mirada, no voltee a verlo.

Lo siento, Alexander pero eso era necesario, pensé.

—¿Axel?

—Creo que ella se refiere a Alex, señorita Giesler... —Me giré hacia la dirección de donde venia aquella voz chillona. Rodee los ojos con fastidio, tenía que salir la chismosa de Lyna. ¿Acaso no puede cerrar su puta boca por una sola vez?—, pero él no le ha hecho nada a la insoportable de Estela —lo defendió.

—Em, gracias —susurró Alex—, pero no necesito que nadie me defienda.

—Vete al diablo, Carter —gruñí, ignorando lo dicho por mi compañero. Lyna se hizo la indignada y llevó una mano a su pecho.

—¡Estela! —Ignoré a la profesora y observé a Nick por sobre Alex, me estaba dando una mirada de advertencia la cual podría interpretar como "sigues así y papá tendrá que venir por ti". Esa era una mejor opción. Sin embargo, si papá venia por mí por mi mal comportamiento no podría hablar con Alex. Y aunque Nickolas se quedara no estaba segura de que hiciera las cosas bien.

—Alexander Brown, segundo día de clases y ya está metiéndose en problemas —le regañó la maestra. Alex iba a contestar, pero Nick lo tomó del brazo y lo apretó con demasiada fuerza, provocando que se quedara en silencio. 

Le saqué mi dedo favorito a Lyna, ella hizo lo mismo.

—Le dije, profesora, que Alex no le estaba haciendo nada a la insoportable de Estela Vance —gruñó Lyna mientras se cruzaba de piernas y enseñaba más de lo debido. Sus perritas falderas se rieron por como me habían llamado.

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⏰ Última actualización: Aug 03, 2024 ⏰

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