Parte 1

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Lunes 08 de agosto

Primer día de preparatoria, sonaba la alarma de su celular, justo a las 6:20 am, la escuchaba, pero trataba de ignorarla, no tuvo mucho éxito, es decir, !primer día de preparatoria! Una nueva escuela, nuevos amigos, maestros; horarios diferentes, todo iba a ser nuevo, y eso lo emocionaba, lo ponía nervioso, bastante nervioso, pero la emoción ese día, nadie ni nada podría quitársela.

—No es tan diferente de la secundaria Harry—decía su hermana Gemma una chica de 20 años que no hacía tanto había terminado sus estudios básicos, tales como la preparatoria, estaba a punto de ingresar a una Universidad de alta demanda.
Tenia que escucharla, ella no le mentiría.-Te acostumbrarás rápido- repetía constantemente.

La segunda alarma comenzó a sonar a las 6:30 am, le hartaba ese sonido chillante junto la vibración que se sentía en toda la cama y la luz que provocaba el celular prendido en la habitación oscura. Estiro la mano para presionar el botón que decía "detener" no había despertado bien, así que no noto que se equivoco de botón y presiono el que decía "repetir", en 9 minutos esa alarma volvería a sonar.

Pego un brinco fuera de la cama, fue directo a encender la luz del cuarto, esta lo cegó y decidió apagarla de nuevo, después de un rato ayudándose de la luz brillante del celular mientras platicaba con algunos amigos y se informaba un poco de cada uno y de sus nueva escuelas, logró acostumbrar sus ojos a la luz y al cambio tan drástico de iluminación, así que decidió volver a encenderla, esta vez no lo cegó tanto así que pudo empezar sus siguientes movimientos, fue directo a tirar de las sábanas y cobijas arrugadas que se encontraba en su cama, las tiro al piso, para posteriormente volver a ponerlas, comenzó con la sábana morada, ayudo de esta para sacudir toda la cama y continuamente la coloco atorando cada punta en su esquina correspondiente, continuo con la cobija, después el edredón y finalizó con dos almohadas, pasó su mano sobre la cama para alisar las arrugas que quedaban.

Se sentó en una orilla de la cama ya tendida y se quedó pensando muy seriamente en que pasaría este día, comenzó a preocuparse, ¿qué tal si no hacia ningún amigo? ¿Y si no le agrado a nadie? ¿Qué tal si se perdía? No tenía idea donde quedan los salones, podría perderse al regresar del baño, ¿voy a saber donde queda el baño? Podría ser que est- el chillido de la alarma lo hizo sobresaltar y con ello esfumar todos los pensamientos que había tenido, se levantó un poco molesto por el susto que le dio el sonido, la apago, esta vez presionando el botón correcto.

Terminando de vestirse salió rápidamente al baño, mientras se cepillaba los dientes todos los pensamientos negativos regresaban a su cabeza, pero esta vez los detuvo un fuerte golpe en la puerta del baño.

—Adelante-Dijo un poco exaltado, abrieron la puerta y vio a su madre Anne parada justo frente a el.

—¿Estas listo? Primer día de escuela, emocionante ¿no?-decía exaltada mientras hacía muecas de felicidad y un pequeño baile sobre si misma.

Harry río —Si lo estoy, también un poco nervioso pero creo que la emoción lo supera.

—¡Perfecto!- dio un pequeño aplauso —Bueno, termina de cepillarte los dientes para irnos ya, no tardes.

—Claro, voy enseguida— termino, se enjuago la boca, y salió directo a su habitación para tomar su mochila y su celular que marcaba un 100% en la batería, era mejor, por si algo pasaba tener el celular siempre a su disposición; salió casi corriendo de su habitación, para posteriormente subir al coche y emprender camino a la nueva y desconocida escuela.

Al estar en el coche su atención se centraba completamente en el camino, lo memorizaba, veía los locales que se encontraban alrededor, el nombre de las calles y avenidas que cruzaban, cada pequeño detalle que se podía observar, Harry lo memorizaba, su madre le había dicho que lo más probable era que regresaría solo a su casa, así que tenía que hacerlo para no perderse en el camino de vuelta.

Noto que el esposo de Anne estacionó el coche en una calle donde transcurrían más carros y adolescentes en un elegante uniforme verde igual al de el, oyó un portazo y dirigió la mirada al asiento del copiloto, su madre había bajado del auto esperando a que Harry la imitara para así emprender camino a la nueva escuela, y así fue, pero no sin antes despedirse de Robin.

—No te preocupes por nada, todo saldrá excelente, estoy seguro, ven aquí—hizo un movimiento con la mano indicando que se acercase a él para darle un abrazo.

—Eso espero—correspondió el acto—nos vemos en la noche ¡te quiero!— Y así era, Robin siempre trato con cariño a Harry, y viceversa.

—Yo más—dijo con dulzura.

Anne y Harry caminaron hasta llegar a la esquina de la calle y dar vuelta, fue ahí cuando vio la inmensa escuela que estaba frente a él, la vio de abajo hacia arriba y observó cada detalle que hacía esa escuela tan hermosa, como intimidante. Harry venia de un pueblo pequeño, hacia apenas 1 año que se habían mudado a la gran cuidad de Londres, tuvo que esperar todo el año sin escuela para que pudiera inscribirse y estar a la par de los demás alumnos nuevos, su edad no le causaba problemas ya que tenía 16, Anne lo inscribió un año tarde al jardín de niños, así que podría decirse que estaba en el año en que tenía que estar.

Llegaron a la puerta y Anne le dio un fuerte y cálido abrazo transmitiéndole confianza.

—Nos vemos en la noche Hazz, prometo que todo saldrá bien, no estes nervioso—le dedico la más sincera de sus sonrisas.

—Claro- sonó dudoso—te quiero, que tengas un buen día— dijo mientras se alejaba de ella y se despedía haciendo un movimiento con su mano, mientras que la otra sostenía una de las asas de su mochila, volteo en dirección a la gran puerta de la escuela, y vio una señorita parada enfrente de las escaleras, entró hasta quedar frente a ella, esta le indicó que se dirigiera al patio, y lo hizo, pero no pudo evitar notar que las escaleras estaban en medio de la entrada, o sea que habían dos caminos para lograr entrar al patio, lo que notó extraño fue que por un lado entraban los chicos y por el otro las chicas, no le tomó importancia y siguió su camino correspondiente.

Al estar en el gigantesco patio, vio a su alrededor, en toda la orilla se encontraban algunos salones, en otra, estaba repleto de árboles gigantes, verdes y hermosos, en la última se encontraban las canchas de fútbol y basquetbol, el rizado decidió dirigirse a la segunda opción, llegó a una banca que estaba justo a lado de uno de los hermosos árboles, no lo dudo más y se sentó, dejó su mochila a un lado de él y puso toda su atención en los chicos que entraban, algunos con caras de entusiasmo, otras más con caras atemorizadas, sin dudar, supo que aquellos serían los nuevos, los reconoció en segundos puesto que el se imaginaba con la misma cara, luego volteó a otro lugar y se encontró con grupos de amigos que ya se conocían, llegabas a saludarse y abrasarse con mucha felicidad, algunos gritaban y se reían por la emoción de no haber visto a sus queridos amigos en todas las vacaciones.

En ese momento sintió como alguien se sentó justo a un lado de él, giró su cabeza hasta que lo vio.

Vio al chico más hermoso que sus ojos habían captado alguna vez, vio el perfil de un chico de cabello castaño lacio, acomodado en su frente, no estaba peinado, pero eso no impidió que pareciese que si, con una de las narices más delicadas y tiernas que alguna vez conoció, unos labios rosados y finos, vio, vio a la perfección en persona.

¿Lo entiendes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora