"Padre nuestro que estás en el cielo".
Las voces aclamaban en sincronía a su ser supremo, a su creador.
"Santificado sea tu nombre".
Con sus cabezas gachas, ojos cerrados y manos juntas frente a su imagen sus palabras hacían eco en el gran lugar de techos altos que era forrado con lo que debió haber sido la historia y voluntad del todopoderoso que fue contada de generación en generación hasta estos días.
"Venga a nosotros tu reino".
Con las plegarias de todos y cada uno siendo cantadas con pesar en sus mentes en susurros interminables como los problemas de cada uno de los presentes.
"Hágase su voluntad..."
Los problemas del mundo y la sociedad que aquel niño de tan sólo siete años no entendía al sentir su corazón latir por uno de sus compañeritos de iglesia, un niño al igual que él, uno que se volvió la razón por la que de sus ojos brotaban largas lágrimas al recordar las palabras despectivas que su madre dictó sobre él a sus espaldas luego de confesarle su mayor temor.
"Tanto en la tierra como en el cielo".
Él sentía mucho miedo, pero a la vez se sentía bien; no creía estar haciendo algo mal, ¿Había hecho mal? No lo sabía.
Señor, perdonalo por sus pecados, él tan solo es un niño ignorante de las normas para ascender a tu reino.
"Danos hoy nuestro pan de cada día..."
Con siete años de edad el azabache creyó enfrentar a Dios, en la mañana de un domingo alzó su cabeza y miró su figura a sus ojos perfectamente cerrados, bloqueados como si no quisiera ver el sufrimiento de sus hijos.
"Perdona nuestras ofensas..."
Buscando respuestas centró su vista en la figura de porcelana que colgaba en la parte más alta del lugar, justo frente al gran y precioso ventanal de diferentes colores, aquella escultura que con una corona de espinas y su cuerpo clavado a una cruz nos recordaba cada día a quién le debíamos nuestra existencia.
"Así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden".
Le preguntó a su creador con respecto a aquello que más le preocupaba a su corta edad en donde lo único que debería llenar su mente serían tonterías relacionadas a superhéroes y demás, no obstante habían angustias insanas que lo abordaban de forma insistente.
"No nos dejes caer en la tentación..."
¿Estaba mal?
¿Sentirse así estaba mal? ¿Por qué su madre aclamaba por su salvación? Con temor le preguntó a su creador para poder obtener una pista y así encontrar un solución a las angustias de su familia, encontrar algo que explicara el porqué las lágrimas parecían ser lo único que saldría de sus padres en los próximos días, meses o, lo que él no sabía, por años.
Con angustia e intriga le preguntó a Dios al respecto.
"Líbranos del mal".
Pero no obtuvo una respuesta.
Porque Dios no lo estaba escuchando.
"Amén".
M_Kairby | 04082020
Próximamente ¡!
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『 God Can't Hear Us 』⁖✦ Taegyu ¡!
Fanfiction❝Dios nunca me respondió, quizás es porque nunca me escuchó en primer lugar❞. Donde un fiel creyente de Dios cree que debe morir cuando su creador no escucha sus plegarias por ser un error en el mundo, o donde un empleado aburrido de una empresa cua...