Fresia

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"El significado de las fresias se asocia con la amistad y la confianza entre dos personas"

Fue lo que pensó al ver la abundante y primaveral flor de fresia en las delicadas manos del joven rubio, Butters. Con la corta primera mirada fue capaz de divisar unas ocho flores anaranjadas en aquel tallo de verde tan vivo.

Amistad. Kenny está mas que seguro de que no fue ese el primer pensamiento que cruzó por la cabeza de Stotch al escoger esa flor para entregársela.

―La tomé del jardín de mamá, creí que te parecería bonita.

―Y lo es, Sir Butters. Estoy contenta con el regalo~

La princesa hace uso de sus falsos encantos de dama, disfrazando el tono grave, común para un chico, con algo similar al falsete. Era mucho más sencillo ser la princesa Kenny con ocho años, cuando aún no hacía acto de presencia su voz masculina, ahora mantenerse en el papel le resulta mucho mas complicado, y usarlo con gente como Cartman no es mas que una pérdida de tiempo que acaba en burlas hacia Kenny, pero sabe que Butters es un buen chico, él no se reiría de su acto.

McCormick toma la fresia desde el tallo con la delicadeza propia de su personaje, acercando la bella flor a su nariz para tomar su aroma, sutil, nada demasiado llamativo pero suficientemente agradable para conseguir la sonrisa de la princesa.

―Dime, Sir Butters ¿Qué quieres de la princesa? Sabrás que tengo un corazón generoso, y una flor tan bonita merece una buena recompensa.

Recita con gracia sus palabras mientras con ternura deposita la flor en el jarro con agua donde yacía su diente de león. Acercándose seductoramente a Butters con una suave media sonrisa al ver el rojo comenzar a colorear las mejillas del tierno Butters.

―Y-Yo... oh, cielos, no sabía que tenía que pedir algo yo.

El chico tiembla un poco y comienza a jugar con sus manos, persiguiendo sus pulgares.

―Ohh ¿Y que pensabas entonces?

―Creí que tú me harías algo, algo que se sintiera bien.

Butters, condenado niño inocente ¿Que hacía en esa tienda siquiera? La princesa duda que siquiera sea consciente de lo que se ofrecía ahí, pero claro que lo sabe, porque en un gesto tímido, Butters indica su parte baja con su índice.

―Hay muchas cosas que se sienten bien, Sir Butters.

Eso dice, pero la seguidilla de parpadeos por parte del pequeño rubio frente a él le hacen saber que no entiende del todo a lo que quiso referirse. Y la princesa sonríe.

―Supongo que te las tendré que enseñar.

Importante para la princesa fijarse en las preferencias de su acompañante; sabe que con Eric debe ser un simple juguete sexual, un agujero con el que el gordo se complace, pero Butters... por supuesto es un niño romántico, cariñoso a lo menos, alguien de juego suave. A Kenny le gustan ese tipo de acompañantes, aquellos que le permiten tomar el control de la situación.

―B-Bien, soy bueno aprendiendo.

McCormick ríe inevitablemente, aunque con suavidad. Imposible no encontrarle la gracia a la determinación de un adolescente por el mero hecho de aprender algo acerca del sexo. Pero cubre los rastros de su risa con gestos delicados, gira a paso lento al rededor de Butters, sus dedos caminan sobre los hombros del contrario, rozando parte de la piel que sobresale.

―Eso es bueno, muy bueno, porque sabrás también que mis lecciones no son muy largas. Son breves y divertidas.

Reglas para no perder más de una hora en un cliente. Por supuesto, ninguno de los pubertos de sus acompañantes superaría los diez minutos de ninguna manera.

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⏰ Última actualización: May 24, 2023 ⏰

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Una Flor para la Princesa [South Park]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora