• Capítulo 2 - La Carta •

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Querida jóven, sabes... Tienes un admirador secreto, te observo a lo lejos y no puedo evitar deleitarme con tu belleza, mi única intención es que sepas que en mi corazón hay lugar para ti y tu bella sonrisa, no te asustes, no te haré daño ni te acoso, sólo mi corazón trae una gran intriga hacia ti.

Firma — Tu admirador  (J)

Bueno, ahora mi plan era el siguiente, yo iré a la parada de bus donde observé que ella subió. Supongo que estando cerca lograré ubicar su casa.
Ahora el nuevo plan sería como esquivar a mi hermana Alice, ya que por ende siempre vamos juntos. Bueno, supongo que hablaré con ella. Apenas estamos en Junio, quedan cuatro meses para recibir mi diploma y egresarme al fin.

Me dirigí a la habitación de mi hermana, son las 19:47 PM. Así que supuse que estaba recostada con el celular, o escuchando música, creo que dijo que le fascinaba Ed.Sheren.
Toqué su puerta, e inmediatamente respondió.

— ¿Quién es?
— Soy yo, Alice. — Respondí algo fastidiado, sólo somos 3 en ésta casa, y papá no sé dónde estará.
— Ah... — Dijo pensándolo un momento — Pasa, Conor. — Entré, y su habitación parecía nido de ratas, lo ignoré por un segundo, ignoré la ropa en el suelo, los papeles en bollo, los peluches y pinturas tiradas, y su cama que era el centro del nido de ratas.
— Alice, mañana no iré contigo a la escuela.
— ¿Y por qué? — Dijo frunciendo el entrecejo.
— Debes entender que a partir del próximo año irás sola. Ya debes perder la costumbre, además  — Prosegí excusandome aún más  — Ya estás algo grande, tienes 15 años, y a diferencia de ti, yo fui sólo todo el secundario y aún conservo mis órganos
— Y la virginidad  — Se burló
— Ajá. Bueno, te vas sola y ya. Te llamo para cenar, aunque no sé qué vamos a comer ni dónde está papá.
— Papá me llamó, dijo que se ocuparía de unas cosas en el trabajo y que llegaría algo tarde, y que no lo esperaramos para cenar.
— Ah, ok. — Me acerqué a la puerta, pero luego recordé lo del nido de ratas — Por cierto, Alice, limpia ésta habitación, es un asco. Y así pretendes novios.
— No me molestes — Gritó furiosa y me lanzó un misil de felpa. Cerré la puerta y fui a la cocina.

                         — ○ —

— Qué... Hay... De... Comer...  — Me preguntaba a mi mismo abriendo la heladera y las alacenas de la cocina.
— Ay, ya qué.  — Cerré la heladera, cogí mi teléfono y encargué dos pizzas, una de fugazzeta, y una mitad tomate mitad pepperoni.
Llamé a Alice y comimos, luego ella se fue a dormir y yo fui a el baño de mi habitación para darme una ducha.
Salí en short y sin remera mientras aún me secaba el cabello. Tomé mi teléfono y tenía un mensaje de mi amigo, Mike.

— Hola, brother. No te olvides que mañana tenemos examen de matemáticas. No debes ni puedes llegar ni 5 minutos tarde.

                                                21:47 PM

Diablos, lo había olvidado. Y mañana yo iba a hacer la entrega de la carta... No quiero posponer eso pero tampoco quiero desaprobar matemáticas... ¡¿Qué haré?!

                          —  ○  —

El despertador sonó 06:00 AM. Me levanté, me alisté para ir a la escuela. Esta ves si que me peiné, quería aparentar presentable por si la jóven del bus volteaba a verme.

06:37 AM

— Alice, despierta. Yo ya me voy, no te quedes dormida. — Dije golpeando su puerta 2 veces.
— Ajá  — Contestó algo aturdida del sueño.

Me fui.

Antes de amarte, amor, nada era mío:
Vacilé por las calles y las cosas;
Nada contaba ni tenía nombre:
el mundo era del aire que esperaba.

~ Pablo Neruda

Caminé esas dos cuadras que jamás se me habían hecho tan eternas, comencé a percibir el sonido de las olas, me había paralizado el alma... Jamás remplazaría esa satisfacción con ningún otro sonido, o tal vez si... Al percibir la risa de esa muchacha del bus.
Llegué a la parada y comencé a observar, la vi. Salía de una casa justo en la esquina, frente a un mini mercado.
Ella estaba sola, llevaba una blusa blanca, unos jeans azules, con aberturas en ambas rodillas, y estaba en dobladillo en la manga. Con sus zapatillas Banz negras con líneas blancas.
Llevaba el pelo recogido, y unos aros redondos pequeños, tenía sus labios pintados de rojo sangre.... Dejé de mirarla, se aproximaba a mi.
Ella ni me miró, tomó su teléfono, yo la observaba, medía como 1.60 y yo mido 1.87 CM. Vi como ingresó a whatsapp y le escribió a "Omoni",

Mamá, estoy en la parada del bus. Ya voy a la escuela para seguir tramitando mi traslado.

Bueno, pude entender que era su madre ¿No?
Y... ¿Escuela? ¿Cuál será?
Otra cosa... Vi que no tiene pretendientes, ya que sólo le escribía a su amiga Margot, a dos tías y a su hermano.

De pronto llegó el bus, yo le hice señas de que subiera y lo hizo, yo le negué al chofer con la cabeza y siguió en marcha, ella se sentó en un asiento individual, y se puso los audífonos.

Llegó la hora. Fui a la puerta de su casa, y dejé la carta en el buzón de correo. Esperaba con todas ansias a que la carta la encuentre ella y no un familiar, no querría armar escándalos en lo absoluto, era el momento. La dejé, algo nervioso, puse mis manos en los bolsillos de la campera y esperé otro bus. Al subir, noté que me había olvidado la mochila, pero por suerte Alice se encontraba en el bus, con mi mochila.

— Ten  — Me alcanzó la mochila. — ¿Qué haces por aquí?
— Nada, sólo quería caminar — Mentí.
— Ah, ¿Estudiaste para tu examen?
— ¿Cómo sabes que tengo examen?
— Mike me lo dijo.
— ¿Ya le hablas?
— Algo así, él me escribió para confirmar su asistencia a mi fiesta y comenzamos a charlar, me llamó y anoche hablamos hasta las 01:00 AM. Por eso estaba tan atontada cuando golpeaste mi puerta, me caía del sueño.  — Sonrió  — De todos modos me tomé un café. Él hoy me escribió, me deseó " Buenos Días ".
— Ah  — Dije sin importancia  — ¿De qué hablaron?
— De ti. De como se conocieron y de tu personalidad, luego de mi fiesta y luego algunas estupideces sin importancia.
— Mike tiene 18 años, Elizabeth.
— Lo sé.
— Está viejo para ti.
— Yo nunca dije que pretendía algo  — Rió.
— Si tú dices.

                            — ○ —

— Alumnos  — Exclamó el profesor de matemáticas — ¿Estudiaron para el examen?

Silencio total

— Si...  — Dijeron al unísono, aunque la mitad del curso mentía.

Al terminar la clase me retiré a mi casa, y estuve durante días pensando en ella... Fueron días que no la volví a ver, no sabía el porqué y me preocupaba, tenía mucha preocupación, tal vez se había ofendido o tal vez no fue ella quien encontró la carta, no sabía que hacer...
Estaba preocupado, y planeé escribir otra carta, para que ella pueda contestarme allí. ¿Era lo mejor, No? No tenía otro plan, ese tenía que funcionar.

A 200 metros del amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora