¿Quién teme al lobo feroz? (Steter)

Capítulo único

El tiempo cada vez pasaba más despacio, miró el reloj viendo que aun no eran ni las cinco. Estar castigada en la biblioteca no era lo que esperaba hacer aquella tarde de viernes. Pero claro, no podia dejar que Scott fuera castigado y menos cuando estaba al acecho un hombre lobo loco/psicotico.

Así que aunque no era el mejor plan, decidió intercambiar el castigo de Scott por el suyo propio.

Como de costumbre, ahí estaba ella, la joven e indefensa humana. Encerrada en una biblioteca sin ningun tipo de seguridad, sola, la pulsera de Deaton ayudaría a ocultar su aroma.

"Grave error"

Pues mientras Mia se encontraba absorta leyendo sobre mitologia, un par de orbes rojos como la sangre la observaban con deteniminto. Descifrando cada movimiento, cada suspiro. Estudiandola a la espera del mejor momento para abalanzarse sobre ella.

— Así que esta es la joven, la humana de la manada —pensó el lobo.— Puede ser me util, si quiero que Scott se una a mi manada.

Scott nunca fue el más inteligente, de hecho, el mismo lobo que lo mordió se arrepintió de haberlo hecho, no tiene las cualidades necesarias para ser un buen lobo. Su primera opción fue aquella castaña que lo acompañaba, pero para la desgracia del lobo, el padre de ella se la llevo antes de que pudiera morderla.

Ahora sabia que su lobo hubiera querido morderla a ella, pero salir de un coma a veces puede trastocar la mente, y no siempre salen los planes a la primera.

Tras cometere aquel error, decidió estudiar a su presa, mucho antes de que la nueva manada de Scott se diera cuenta de quien era su objetivo.

Pues mientras la manada lo buscaba a las afueras de la ciudad, él se encontraba acechando a su deliciosa presa. Una joven inteligente,tenaz y con un aroma delicioso. Aroma que hacia tiempo que no captaba y eso era algo que le estaba molestando.

Podria saltar ahora y nadie se daría cuenta, es más ni ella se daria cuenta, pero le gustaba jugar como el buen cazador que és. Por ello, mientras Mia se esmeraba en esas coreografias inventadas que bailaba al són de la musica, el lobo tan solo se mantenía a la espera. .

Absorta en su mundo, no se pudo percatar que aquellos orbes que antaño la observaron, ahora lo hacían desde detrás de una estantería, grabando sus delicados y sensuales movimientos al bailar.

— Parece tener muy buenas caderas, sabe moverlas, estar bajo ellas debe ser una delicia —se dijo el lobo mentalmente al tiempo que sonreía de forma picara.

El móvil empezó a vibrar silenciando la música lo que daba a entender que tenía una llamada entrante. Frustrada por no dejarle acabar su canción favorita, descolgó el teléfono y habló.

—¿Qué quieres Scotty? —pregunto Mia frustrada.

—!Mia, te quiere a tí! —el tono de voz de scott sonaba alarmado

—¿Quién me quiere? Scott ¿te han disparado con acónito?

— ¡Es el alfa! Viene a por ti, ¡corre! —gritó el joven desde el teléfono.

—¡JODER! —Mia se alertó y empezó a correr dejando atrás sus cosas con el móvil en mano.

—Escóndete donde puedas, estamos llegando. Vamos lo más rápido que podemos, pero nos tendió una trampa y estamos en el pueblo de al lado.

—Os odio a todos chuchos pulgosos, os dije que era mejor no separarse... Pero claro, nadie escucha a la humana de la manada...

—¿En serio, te estás metiendo conmigo cuando te estoy intentando salvar la vida? —preguntó Scott sorprendido y alarmado.