Capítulo Cinco - La Muerte. (✔)

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-Shaed, ¿Por qué esa información sobre que los Demonios Originales pueden apoderarse de un cuerpo no se encuentra escrito en su contenido?- Pregunté intrigado.

-Bueno... -Hizo una pausa.- Porque los Demonios Originales están en custodia de los Arcángeles.

-Pero Marcus... hace tiempo que él lleva experimentando estos cambios, dices que puede ser un Ente o no, y sobre lo que le dijiste a Marcus... quiere decir que un Demonio Original está deambulando a su libre albedrío haciendo daño, según tú se supone que están en custodia de los Arcángeles. –Dije algo molesto.

-¿Crees que no lo sé? –Dijo Shaed en un tono seco. –En definitiva cosas extrañas están pasando allá afuera...-Dijo Shaed con tono de preocupación. -Hablando de allá afuera, ¿No te ibas a ver con la chica hoy?

Realmente lo había olvidado, aunque no sé si en realidad la vería. -Bueno... no sé si en realidad la vea, no me dijo, "Nos vemos mañana a la misma hora y justo aquí". –Dije sin ilusionarme. –Y bueno... creo que hay cosas que hacer aquí.

-Cort, tienes que salir, a pesar de que eres un hombre viejo en el cuerpo de un joven, sigues siendo joven.

-Hablando de eso... ¿Cuántos años tienes Shaed? –Pregunté curioso, por mucho tiempo le he preguntado lo mismo y nunca me respondía.

-Eso no importa ahora. –Y ahí está evadiendo mis preguntas... de nuevo.

-Bueno... -¡Una excusa! –Jamás te he celebrado tu cumpleaños.

-¿Mi cumpleaños? –Preguntó Shaed muy dudoso. –No creo que sea necesario, soy una librería no un humano que festeja otro año más "De vida", esos humanos creen que el tener otro año de vida es motivo de celebración, cuando en realidad están festejando la llegada de la su muerte.

-Bueno... tienes que entender que los humanos buscan cualquier razón para celebrar, necesitan una razón para ser felices, a todos les llegará su muerte. –Antes de ser asistente de Shaed, era un humano que celebraba su cumpleaños.

-Y mientras tanto Azra celebra que les falta poco para el día que estén con ella. –Dijo Shaed.

-¿Azra? –Nunca había escuchado ese nombre.

-Sí, Azra. –Fue lo único que dijo Shaed.

-¿Quién es Azra?- ¡Mi curiosidad y yo!

-Es el Dominio de la Muerte, por supuesto.

-El demonio de la muerte... -Dije algo atónito. –Y es un ella. -¡Era una mujer!

-Sí, es una mujer... -Dijo Shaed con tanta naturalidad. –En realidad es una niña de cinco años. -¡Una niña!

-¡Una niña! –Grité sorprendido.

-No grites. –Dijo Shaed algo cabreado.

-Lo siento... pero no lo sabía. –Estaba más sereno.

-Es una niña de cinco años, ella representa todo lo opuesto a lo que los humanos creen, ellos piensan que la muerte es un esqueleto con túnica y una Hoz grande, o quizás un demonio con cuernos, una cola y patas de animal... -Explicó Shaed. –Pero en realidad es una niña de 5 años que... sólo juega.

-¿Cómo que solo juega? -¿La muerte juega? ¿A qué?

-Cuando te toca partir de este mundo terrenal, la muerte o Azra hace que tu cuerpo caiga en un sueño, pero en realidad no es un sueño, ella transporta tú alma a través del mundo astral hasta su sala de juegos, y... sólo juegas.

El Asistente© (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora