Antes de que sus historias comenzaran, los Creppypastas han sido teletransportados a una sala de cine, donde dos jóvenes con complejo de dioses les ofrecen algo;
¡¿Ver el futuro?!
¡Jóvenes confundidos, padres o conocidos igual de confundidos, policí...
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Los ojos de muchos se miraron entre ellos, temiendo que la luz de la gran linterna iluminara a alguno de ellos o a algún cercano a ellos.
-Bien, ya vimos a Ben Drowned, ahora toca.... -El autor miro como la moyoria desviaba la mirada, claramente nerviosos, antes de sonreír a la autora, la cual asintió. -¡Sally Williams!
Una luz se encendió sobre la cabeza de la pequeña castaña de siete años mientras que esta abrazaba a su oso de peluche, miro curiosa la luz que se encendió sobre ella antes de reír.
-¡Mami! ¡Mami! ¡Mira esa luz! -Rió con inocencia la pequeña castaña, sentada justamente en medio de estos.
La madre de esta miró aterrada la brillante luz blanca sobre la cabeza de su pequeña hija.
-¡¿Sally?! ¡¿Mi pequeña Sally?! -La mujer abrazo a su hija con cuidado mientras que acariciaba el cabello de la inocente castaña.
Los ojos dorados del autor pesatañaron amtes de suspirar.
-Es algo que se tiene que hacer. -Hablo el autor antes de que la autora encendiera la gran pantalla frente a ellos.
El padre de la castaña miro preocupado a su pequeña hija, después de todo, solo era una niña.
El sol como siempre, calentaba la piel; las ligeras brisas que recorrían el barrio, apaciguaba el calor y frío, por lo que el clima era perfecto. Un verano que Sally jamás olvidará. Sally era una niña de 8 años, tenía el cabello largo y rizado, con ojos verde claro. Era una niña muy educada, alegre y obediente. Sus padres la adoraban, no podían pedir más de ella. Sally reía mientras jugaba con sus amigos afuera de su casa, jugaban a la rayuela, a las muñecas y las etiquetas. Su madre la miraba desde adentro, limpiándose las manos con su delantal, gritándole:
-"¡Sally, cariño! ¡Es hora de que comas tu almuerzo!"
Sally levantó la vista de su juego sonriendo -"Está bien mamá"- sentándose en la mesa muy emocionada.
Las personas pestañaron, todo se ve absolutamente normal.
-Es un año en el futuro... -Murmuró el padre de la pequeña, solo esperaba de que no pasara nada malo, pero sus deseos no serian consedidos.
El tío de la niña miro la pantalla con un extraño brillo en sus ojos, Sally se veía más grande y linda, a su parecer.
Su madre le coloco un sándwich de mantequilla, unos bastones de zanahoria, un apio al lado y un zumo de naranja.
