Una fría neblina llegaba desde la bahía atravesando los bosques. La victima estaba sentada, ya muerta, en una mesa con utensilios como para tomar té y tres maniquíes sentados alrededor. La palabra "SAMAEL" resaltaba escrita con sangre en una de las paredes de esa casucha abandonada en medio del bosque.
Las pesadillas que me perseguían desde mi infancia han vuelto a salir a la luz. Tuvimos que esperar a que finalizaran la autopsia para decidir algo. En ella encontraron que la víctima murió por falta de sangre. Se la habían drenado. También tenia siete marcas en la parte inferior del labio y con tinta invisible, un candelabro en la espalda. Ese psicópata, que ahora esta en la cárcel, vuelve a atormentarme con uno de sus múltiples seguidores. El hombre que mato a mi padre tiempo atrás. Y Stain es su nombre.
Pasaron varias semanas, y mas victimas fueron encontradas en diferentes sitios, asesinadas por ese tal "Samael". Cada vez se parecen más a los crímenes de Stain, pero este nuevo asesino en serie ha decidido ir más allá. Sabemos que los asesinatos tienen que ver con las 7 iglesias del apocalipsis, el famoso libro de la biblia, gracias a mi compañera Hanabi Higakura que encontró un anagrama hecho con tinta invisible en la pared escrita con sangre en el lugar donde encontramos a la primera víctima. También sabemos que conoce a Stain y que va delante de nosotros. Pero aun no estamos ni cerca de saber quien es, a pesar de que el asesino de mi padre a colaborado mas de lo que esperaba.
Tiempo más tarde, me entere que Hanabi estaba saliendo con Dabi Damincura, un policía que trabaja con nosotros en el caso de Samael. Una noche, me quede en la comisaria dándole mas vueltas al caso. "Siempre va un paso delante de ustedes", las palabras de Stain siguen rondando en mi cabeza. Ya interrogamos a todos los visitantes del psicópata y también a las personas que le mandaban cartas. Ninguna tenia el perfil del asesino. Una pregunta se visualizo en mi mente, "¿y si el asesino fuese un oficial que trabajo en la cárcel donde esta Stain?". No sé cómo no pensé en ello antes. Busque en los registros los nombres de todas las personas que habían trabajado de carceleros o en un puesto cercano. Lo que encontré me sorprendió. El nombre de Dabi Damincura se encontraba en esa lista. "Un paso delante". No es posible. "El ya ha elegido a su próxima víctima", dijo Stain en una ocasión. Hanabi estaba en peligro.
Mi jefe, Yagi Toshinori, me dijo que le había encargado a Dabi que sea el guardaespaldas de Hanabi, pues ya sabíamos que ella corría peligro. Los dos estaban en el departamento del policía. Fuimos lo más rápido que pudimos, con refuerzos. Yo fui adentro mientras el jefe cubría las salidas. Cuando logre entrar, Dabi estaba con Hanabi cerca de la ventana. La estaba apuntando con una pistola a la cabeza. Mi amiga estaba ahogada, no podía reaccionar. Me acerque poco a poco. A pesar de todo, "Samael" estaba completamente rodeado, no había escapatoria. Pero no por ello dejaría ir a Hanabi tan fácilmente. Todo paso muy rápido, lo único que logre ver fue a Dabi cayendo en una pileta a las afueras del edificio y a Hanabi entre mis brazos. Movió la cabeza con lentitud, sonriendo y sudando. "Gracias por salvarme, Katsuki".
Tuvimos que pasar por el hospital para checar que no teníamos nada grave y para que se le pasara el efecto de la droga a Hanabi. Se que era un psicópata, pero se que ella realmente lo quería. A pesar de todo es mi amiga. Se que debió afectarle que su novio casi la mate. Estuve con ella todo ese tiempo.
Los días pasaron convirtiéndose en meses. El caso estaba cerrado, todo era mas tranquilo en la comisaria. Pero la paz no duro para siempre. Debí haberlo aprendido hace tiempo.
— Su auto tuvo un accidente en el camino a la cárcel. Los policías que iban delante quedaron inconscientes por el choque. Cuando despertaron, ya no estaba.
Mi cabeza no dejaba de dar vueltas. ¿Cuántas veces tendré que perseguir a este tipo?
— Encontramos varias cosas de la escena. Si quieres puedes revisarlas en la "Sala de evidencias". Podrían ser pistas.
Di un profundo suspiro.
— Muy bien, entonces, llévame a verlas.
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