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Pronto el equipo agridulce aprende los hábitos de Viole.

Eso no quiere decir que entienden a esta persona después de dos años viviendo con ella, aún lo intentan y lo poco que encuentran lo guardan con cuidado y mucho recelo, con el temor de perder el tesoro entre sus dedos.

(Con el miedo de qué Viole se dé cuenta y desaparezca.)

Así que cuando Khun Agüero Agnis pregunta:

—¿Cómo era él?

Arkraptor se siente el menos capacitado para responder. Pero Khun lo está mirando a él, sólo entonces Wangnan y Yeon detienen cualquier tontería sobre la que estaban discutiendo, Goseng, Miseng y Prince alzan sus rostros desde el sofá y Edin Dann apoya la quijada en su rodilla flexionada.

¿Qué debería decir? ¿Cómo responder?

Arkraptor piensa en el rostro de Viole en días soleados donde no hay nubes para protegerlos del sol, en las noches más heladas y en las ocasiones en que el cielo es gris y oscuro.

En esos días Viole va siempre a la terraza (porque las casas que alquilan siempre deben tener una) y permanece allí por horas, regresando con olor a tabaco sobre él pero nunca permite que Miseng se acerque mucho hasta que se duche y cambie las ropas.

Tampoco lo hace —fumar— frente a ella o Prince, en realidad de ninguno de ellos, es considerado y no sé burló cuando Arkraptor así se lo pidió —pensando en la niña, por supuesto—.

« Usted es un buen hombre, señor Arkraptor.»

Sería sencillo si pudiera pasar este recuerdo, esta imagen de la triste sonrisa de Viole a Khun. Pero no tiene la forma.

Y si tuviera mil palabras, a falta de una imagen, Arkraptor no tendría suficiente con ellas para explicar a este chico que parece más bien un espíritu en su propia casa.

Hay pocas cosas que deja detrás de sí.

Su mirada recorre la cocina, el único lugar donde permanecen huellas de Viole en el piso 28 y se pone de pie.

—Esta es su bebida favorita —dice al abrir el refrigerador. Hay todavía media docena de la gaseosa llamada Banana Black(*) que incluso es demasiado dulce para Miseng.

Arkraptor ignora lo aleatorio de sus propias palabras y continúa porque, si realmente esta persona es amigo Viole, entenderá.

Debe entender.

(Más que ellos, posiblemente.)

—Y esta —se mueve a una alacena debajo de la mesa de granito y saca una caja rojo brillante—, su reserva secreta de dulces. Compra barras de chocolate, de la misma marca en cada piso.

Junto a ella, coloca apilados paquetes más pequeños, que caben perfectamente en la palma de sus manos.

—Y estos, sus cigarrillos.

Por alguna razón, un extraño cansancio se apodera de él al agregar:

—Olvidamos las bananas la última vez que fuimos de compras.

No tiene sentido, nada en Viole lo tiene.

Sin embargo, tampoco la segunda pregunta de Khun.

—¿Por qué no tienen café?

Khun lleva pocos días con ellos, hasta entonces se había conformado con el té en la residencia, del cuál justamente tenía servido y caliente todavía en la taza frente a él ¿De donde viene esto ahora? O eso pensaría alguien en la posición de Dann.

El equipo agridulce por su parte luce sorprendido.

—Nadie sabe preparar café decentemente —admite Goseng—, sólo comprábamos el instantáneo pero… nos dimos cuenta que Viole no lo tolera.

—¿No lo tolera? —la voz de Khun es suave y grita peligro en la piel de cada uno de los presentes.

Miseng no lo resiste y balbucea una mejor explicación.

—U-Um, una vez, lo encontré vomitando y-y pensamos que debió ser el café ¡Era lo único que había tomado esa mañana! L-Lo había hecho Goseng y e-el señor Viole es muy amable así que—

CRACK

La taza se quiebra en las manos del descendiente de las 10 familias con cabello color azul y Arkraptor sabe mejor que no fue lo único en él.

—Juro que un día le haré pagar a esa maldita cafetera.


[...]

(*)

La bebida que aparece en el anime; estoy 99% segura que así se llamaba :D

my head's underwater but i'm breathing fireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora