Capítulo: 23.-Teníamos toda una vida...

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Los días fríos se acercaban cada vez más, y con ello las competencias. Mikasa y Levi seguían mirándose de manera cariñosa cada vez qué podían, para después volver a entrenar. 

  Sus entrenadores: Erwin y Grisha; los miraban felices por su notable progreso en la pista, de igual manera qué ambos se llevaban mejor. Sus ojos griseados casi llegando al azul claro, no se perdían del otro, era como una actuación de amor, sin embargo lo qué lo hacía especial, era lo real. 

  Levi sentía molestia en la parte izquierda de su pecho, aquel dolor le impedía respirar tranquilo, aún así seguía patinando en la pista, pues, creía que desaparecería si comenzaba a entrar en calor. Comenzó a moverse en la pista, y hacer sus ejercicios de respiración, sus cortos cabellos negros se movían de un lado a otro: aquel gesto serio era adoptado cuando patinaba sólo, se enfocaba en sus propios pensamientos—al contrario de cuando Mikasa patinaba a su lado—. 

  Pensó en aquella pieza de piano qué su tío le tocaba cuando era niño y patinaba junto a el, su forma de hablar tan descortés, y su carácter fuerte, eran cualidades qué amo y odio de alguien qué creyó en el como patinador—después de Erwin—. Aquel dolor en su pecho se intensifico, Levi se detuvo rasgando el hielo, y se llevo una mano al pecho, ahí sintió como aquel dolor se extendió hasta el corazón, con quejidos por lo insoportable qué se sentía, se cayó de rodillas al suelo, tratando de pedir ayuda.

  En ese momento entró Grisha junto a Erwin, y notaron el estado de Leve: ahora acostado en el hielo con su mano en aquella zona de dolor, rápidamente llamaron a urgencias, mientras Erwin corría hacía él: se resbalo varias veces tratando de llegar a él—por el hielo—, hasta qué lo   sujetó de la cabeza, su rostro parecía entumecido.

    —¿Qué sucede Levi?—preguntó horrorizado. 

  Grisha ya había pedido ayuda.

  «No aun no por favor... Le dije qué teníamos toda una vida.» Levi dejo de respirar, y sus manos dejaron de apretar su pecho, dejo de sentir, y por un momento, creyó qué Mikasa le sostenía el rostro, a lo qué susurro:—Mikasa...

  La ambulancia llegó diez minutos después, y Levi había muerto de una infección en el corazón instantánea...  

  

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