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Capítulo narrado

Madelaine y Vanessa había tenido sus mentes han ocupadas en cosas de ellas que olvidaron por completo sus deberes, sobretodo Madelaine, quien parecía demasiado tranquila sin preocupación alguna.

No estaría olvidando nada, ¿Cierto?

Cabe añadir que los besos apasionados y lujuriosos de su novia no ayudaban mucho a la situación, amabas estaban sumidas en el mundo de la pasión, cuando por desgracia el celular de la pelirroja comenzó a sonar.

—Mhm... No contestes —dijo Vanessa mientras seguía besando el cuello de Madelaine.

La pelirroja asintió con los ojos cerrados y pronto guió los labios de la morena hacia los suyos. Mientras la besaba con hambre sintió una mano de su novia apretar su trasero y le fue inevitable no gemir entre el beso, encendiendo a Vanessa por completo. Amabas estaban sobre la cama de la pelirroja y aunque estuvieran con ropa, poco les faltaba para despojarse de ella.

Vanessa iba a hacer el amago de quitarle el jean a su novia y deshacerse de la ropa que estorbaba su futura acción, pero el sonido del celular de Madelaine volvió a hacer acto de presencia.

—Mierda... —gruño frustrada y Madelaine imitó su acción— Responde esa cosa y sea quien sea que llame dile que estás ocupada.

La pelirroja sacó el teléfono de su bolsillo y contestó frustrada sin siquiera mirara la pantalla.

—¿Que pasa? —dijo malhumorada. Vanessa se acomodó a su lado y besó repetidas veces su mejilla con ternura, lo que hizo sonreír a Madelaine.

—Mija, ¿Está todo bien? Suenas enojada...

—Todo esta bien, solo estaba... —miró a Vanessa y está sonrió inocente metiendo su mano por dejaba del jean de su novia y acariciando su zona íntima por encima  de la tela— D-durmiendo...

—Entonces levántate justo ahora porque tu padre y yo llegaremos me menos de una hora. El irá por mi al trabajo —Madelaine asintió mordiéndose el labio por los movimientos de Vanessa hacia ella.

—¿Por qué llegarán tan temprano? —dijo como pudo. La excitación iba incrementando y no era sencillo vocalizar apropiadamente.

—Cuando te llame antes te lo dije, Madelaine. Ira un amigo de tu padre a comer junto con su esposa he hija. También te dije que si querías invitaras a Vanessa. ¿Lo olvidaste?

—Ah, eso. No —dijo sencilla. Vanessa presionó con más fuerza y tuvo que contener un gemido.

—Bueno, ¿Ya recogiste a Shaun, no?

Madelaine abril los ojos como plato y se puso de pie de un solo brinco.

—¿Recog-ger a Shaun? —dijo nerviosa.

—Si... —hubo un silencio largo— ¡Madelaine Grobbelaar Petsch, no me digas que lo olvidaste!

La pelirroja tragó en seco y arrastró a Vanessa hacia la salida con ella. La morena la miraba confundida mientras se arreglaba un poco su ropa y la seguía.