Crazy in Love

Pequeñas desesperaciones

Me desperté con una jaqueca terrible y un dolor intenso la espalda. Me soné dos veces el cuello y me encaminé a la cocina. Encendí una ornalla y puse sobre ella una pava con agua. Cuando estaba por abrir la heladera, me dí cuenta de algo.

Caminé rápidamente por toda mi casa, y al no hallar a nadie, comenzé a correr y a gritar el nombre de mis amigas. No había rastros de ellas.

Como mis padres estaban de vacaciones, yo era la única en la casa.

Fue frustrante, lo único que recordaba era estar mirando "Los juegos del hambre" con mis amigas y uno u otro comentario sobre la fiesta que será esta noche. Todas se encontraban allí en ese momento.

Corrí a mi cuarto y tome mi celular. Le mande un Whats App a cada una de ellas desesperadamente.

Una hora después, yo no daba mas de miedo; ¿Dónde podrían estar ellas? ¿Por qué ni siquiera me avisaron? ¿Que tal si algo malo les pasaba?¿ Que les diría a sus padres?

En medio de esos pensamientos sonó el telefono:-¡¿Quien... Quien rayos eres?!- atendí.

Sinceramente, yo esperaba oír la voz de un secuestrador. Me puse muy tensa y comenzé a gritar.

-Escucha... Jane, estas muy alterada... Soy Bryan, ¿Recuerdas? El novio de Lynn.

Esas palabras me tranquilizaron, ellas debían estar con él.

-Oh, Bryan. Gracias a Dios que llamaste. ¿Las chicas están contigo? ¿Por qué no llamaron?

-No... Por eso llamaba, yo creí que ellas estaban contigo.

Volví a quebrar en llanto, y no pude contenerme a llorar.

-Jane- continuó él- Tranquilizate un poco... Iré a buscarte.

Le dije que si y me puse de pie. Envuelta en lágrimas, me dirigí al baño y me miré al espejo. Parecía salida de una película de terror. Nunca vi mis ojos tan rojos.

Volví a tomar mi celular y les envié muchísimos mensajes más a las chicas. Las llamé pero nunca contestaron.

Decidí hacerle caso a Bryan. Me tomé una ducha, me maquilé para ocultar mi cara de zombie y no parecer salida de Thriller de Michael Jackson.

Tomé mis jeans negros, una musculosa blanca y mis Converse.

Salí de mi casa y el novio de mi amiga parecía estar ahí desde hace años.

- Te agradezco mucho. ¿A donde iremos a buscarlas?

- No tengo idea, nena. ¿No te han dicho nada? ¿Una fiesta o algo?

- No lo se- una idea se me cruzó por la mente mientras entrábamos al Peugeot 303 - ¿Que tal la casa de Jimmy?

Viajamos unos minutos y bajamos del auto. Era una casa blanca con tejas rojas. Estaba todo normal y no había indicios de ninguna fiesta.

Mire al novio un rato y me disculpe por haber exagerado tanto. Me sentía como una estúpida.

- No hay problema- contestó él y me abrazó fuertemente. Me sentía mucho mas segura entre sus brazos y podría estar así por siempre.

Llamamos a la puerta y no parecía haber nadie dentro.

Unos minutos luego, abrió la puerta un morocho alto que parecía recién haberse levantado, pero no parecía tener resaca.

- Hola Jimmy

-¿ Que m*erda te sucede, Bryan?

- Podrias ser mas respetuosó- dije, metiéndome en la conversación con cierto enojo- Buscamos a Jade, Mary y Lynn.

- No fui a ninguna fiesta anoche. Sé que hubo una muy fuerte en la casa de Kate Dale. Recibí una foto de Lynn anoche, parecía muy tomada. No conozco a esas otras dos.

- De acuerdo. ¿Puedes mostrármela?

Jimmy hizo un gesto de desagrado y tomo su celular. Nos mostró una fotografía de Lynn toda despeinada y claramente enfiestada besando apasionadamente a un rubio.

Miré a Bryan. Estaba horrorizado. Comenzó a maldecir por lo bajo y luego miró hacia otro lado y se contuvo.

- Lo siento mucho, hermano- trató de reparar el morocho.- Seguro estaba muy droga...

- Callate estúpido- contesté.

Entramos al auto en silencio y sus ojos azules se fijaron en la nada misma. Encendió el motor pero no se movió.

-Lo siento... Debo parecer un marica.

- Claro que no, eres un gran chico.

- No lo suficiente. Ella pensaba dejarme, ¿Sabes?

- Estas exagerando mucho. Y... Si llegara a dejarte, es ella quien se lo pierde.

Solté una carcajada para calmar la tensión y él me sonrió. Por un instante sentí una extraña necesidad de besarlo.

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