Nota: Quería terminar esta historia con un final triste y enérgico, justo como la canción Lithium, pero, me dejó con algo de culpa y remordimiento haber matado a mis bebes Akihiko y Haruki, por eso he planeado algo especial para el cumpleaños de mi bebé Aki, para celebrar su cumpleaños y de paso el mío. (Así es, Akihiko y yo cumplimos el mismo día)
Sin más que decir; disfruten de este especial.
Todo era tan patético.... haber acabado las cosas de esa manera era el más grande acto de cobardía en el mundo, aun cuando sabía que había sido el fin, él se mantenía tumbado mirando hacia el espacio que muchos llaman cielo. No podía hacer nada más...
En su cabeza solamente sonaba aquella melodía, mientras yacía allí en medio de sus penas pintadas de brillante carmín, sus huesos eran polvo de perlas, al tiempo que sus ojos oliváceos apenas podían mantenerse a media asta. De un momento a otro absolutamente todo oscureció ni siquiera aquella canción sonaba, las sensaciones habían abandonado su cuerpo quedando en una especie de limbo, quería abrir sus ojos y gritar como nunca, pero, en sus fallidos intentos su lengua de adhería a su paladar dejándole enmudecido.
Akihiko creía que ese lugar tremebundo quizás era donde las almas iban a su deceso final, aún quería gritar aunque fuera un lugar tranquilo, pero, aquella tranquilidad era de lo más de inquietante. Abrió su boca intentando vociferar, sin embargo, no podía emitir sonido alguno.
Rápidamente abrió sus ojos notando que no se había movido, todo aquello que había creído perdido simplemente estaba ahí, desde el poster de Nirvana casi descolgado en la pared, hasta la chaqueta de Haruki en medio de la habitación, parpadeó varias veces mientras trataba de asimilar su alrededor, lentamente se incorporó quedando sentado.
Le dolía la cabeza; todo daba vueltas otra vez...
Puso los pies sobre la tierra analizando su entorno, la habitación estaba algo oscura, solo los tenues rayos matutinos se metían por las fibras de la gruesa cortina que cubría la ventana, Kaji dejó escapar un bufido al tiempo que dirigía su mirada al reloj despertador.
21 de octubre era la fecha..., no le alegraba en lo más mínimo, según él, desde el momento en que su Haru se fue, ningún día fue igual, ningún día era feliz o motivador para él. Suspiró por enésima vez mientras finalmente abandonaba la cama, dio algunos pasos por la habitación percibiendo pequeños ruidos que venían de la cocina, rodó los ojos con fastidio pensando en que quizás Ugetsu nuevamente ande rondando por su apartamento sin permiso alguno, y que aún peor, empiece a tocar las cosas de Haruki.
Rápidamente salió de la habitación como alma que lleva el diablo, empezaba a sentirse molesto, el aroma a café recién hecho no llegaba a calmarlo con propiedad, estaba demasiado alterado como para detenerse y tomar un respiro.
—Deja todo donde está, ya dije que no quiero nada de ti...—gruñó entre dientes mientras daba fuertes pasos por el corredor.
Grande fue su sorpresa al ver a una pequeña niña de cabello castaño corretear por la cocina, Akihiko frotó sus ojos con gran escepticismo, ¿acaso era un sueño? No era posible que una pequeña niña viviera con él, cuando hace algunos días se sabía solo.
Aquella nena volteó y miró al mayor con esos enormes ojos color avellana, raudamente la menor corrió hasta la sala, dando vuelta por el pasillo alterno al que estaba obstruyendo el rubio.
—¡Papá está despierto! ¡Papi despertó! — daba vítores mientras saltaba por el apartamento—. ¡Papá Haru...!
Aún confundido, Akihiko decidió seguir a la pequeña, parecía que aún no salía de la ensoñación, aquella pesadilla se había sentido tan real..., había sido un feo sueño, pero eso él aún no lo sabía.
Y en cuanto llegó al final del corredor, se encontró con lo que meno esperó, su ángel estaba ahí, tenía esa bella sonrisa y su cabello castaño brillaba cuales rayos de la aurora; era Haruki, su único y más grande amor.
—Buenos días Aki, Natsuki estaba ansiosa por que despertaras—susurró con voz tierna al tiempo que se acercaba con aquella niña en brazos; sí, Natsuki era su nombre.
De un momento a los orbes de oliva de Akihiko empezaron a derramar lágrimas imprudentes, y es que no era para menos, aquella imagen era de lo más de irreal.
—¿Como dijiste que le dirias a papá en cuanto lo vieras? —cuestionó Nakayama viendo con dulzura a su pequeña hija.
—Fe-fediz cumpleaños papá...—murmuró la Natsuki al tiempo que miraba a Akihiko con esos enormes ojos de avellana.
En ese momento el rubio no supo qué hacer, no entendía en lo más mínimo lo que estaba sucediendo, simplemente miraba anonadado aquella hermosa escena, quizás así era como se veía el cielo. Se llevó una mano al rostro tratando de volver a la realidad, pero por más que intentase aquella hermosa imagen se mantenía frente a él.
—M-mi hija...—susurró aun confundido, lentamente se acercó a ese par y les abrazó con fuerza, esa era su felicidad completa, tener a esos dos ángeles en su vida—. Te extrañé Haru... ¿A dónde fuiste? —preguntó con un deje de melancolía.
—Eso no importa ahora, Aki...—comentó el castaño, lentamente le acarició las mejillas y sonrió con aquel aire angelical típico de él—. Lo importante es que estamos juntos.
Para siempre y por siempre...
Gracias por leer y votar
Espero que les haya gustado este pequeño fragmento alternativo ❤
Perdonen los horrores ortográficos
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Lithium │(Akihiko x Haruki) [Given] ˢᵒⁿᵍ ᶠⁱᶜ
Fanfic❝I'm so happy 'cause today I found my friends. They're in my head❞ En su mente aun resonaba aquella canción, era la favorita de Haruki, sin embargo no sabía porque se había ido ❝I miss you, I'm not gonna crack. I love you, I'm not gonna crack. I ki...