Capítulo Único

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Besarte se sintió como un sueño, tener tu cara entre mis manos mientras posaba mis labios sobre los tuyos fue totalmente irreal para mi. 

¡Ah! Pero ver su cara de sorpresa al separarme y verlo directo a los ojos para apreciarlo, me trajo a la realidad de golpe. Quedé completamente en shock. Pese a que me sentí el ser más dichoso del planeta, mis sentidos se dispararon, como un alerta que me decía que cometí el mayor error que pude haber cometido alguna vez.

Todo mi cuerpo se tensó, quedé inmóvil y de no ser porque sentí sus manos sostener mis brazos con un ligero temblor en ellas, hubiera jurado que iba a volverme de piedra cuando fui consciente del impulso tan estúpido que tuve al robarle un beso.

Si, robarle un beso, ¿Siquiera tenía perdón lo que acababa de hacer? Claro que lo hecho, hecho estaba y ya no tenía forma de volver atrás. Los gritos internos me estaban ensordeciendo el cerebro. Ni hablar de la vergüenza que se apoderó de mi. Podía sentir mis mejillas arder y colorearse del rojo más intenso que puede haber.

La inseguridad y la incertidumbre no tardaron en aparecer,  después de darme cuenta del impulso más tierno y aterrador que pude haber tenido jamás, lo único que pensé que podía hacer era huir; correr lo más lejos posible y esconderme de esos ojos tan expresivos que lo caracterizan y que no dejaban de escudriñar los míos.

¡Dios! Esos ojos, claro que ellos son en gran parte los culpables de esta situación. ¿Cómo no caer ante esos ojos brillantes tan llenos de vida y color? Cada vez que le hacía un pase, cada vez que se emocionaba por un punto, esos ojos llenos de anhelo y de felicidad, eran con los que siempre quise que me mirara a mi.

Pero claro que recién ahora caigo en la cuenta de ello, sólo bastó que mi cuerpo se moviera por su cuenta. La última gota que derramó el vaso cayó y los sentimientos que con tanto esmero traté de alejar y suprimir, se desbordaron y simplemente me traicionaron.

¿Cómo llegué hasta este punto?

Nunca fui plenamente consciente de este sentimiento hasta el día de hoy. Bueno, no es como si no hubiera tenido un montón de señales. Claro que mi subconsciente se estuvo encargando de hacérmelo saber desde hacía ya varias semanas. 

La primera vez que soñé contigo me desperté de la forma más abrupta por la sorpresa que me llevé. ¡Ja! ahora que lo pienso, mi cara debe haber sido muy parecida a la que tienes en este preciso momento. 

Aquella vez, en la oscuridad de mi cuarto, con algunos rayos de luz colándose por las cortinas de la ventana, indicando el nuevo día que acababa de comenzar, sólo quería volver a dormir para presentar una queja a mi maldito subconsciente que me mostraba una posible realidad de la que quería escapar. No entendía nada de lo que había ocurrido, estaba completamente desorientado y desconcertado.

Éramos Hinata y yo luego de ganar un partido de práctica, volviendo juntos a casa, por ese camino que ya estábamos tan acostumbrados, hasta esa colina en la cual nos despedíamos siempre para cada uno seguir su camino. Sólo que en el sueño la despedida no fue como la de siempre.

El atardecer era hermoso, con los tonos más rojizos y anaranjados que vi alguna vez, colores que hacían juego con su cabello y sus ojos. Yo me acerqué a el con la mirada más dulce que nunca pensé que pudiera tener, lo besé tiernamente y me correspondió de forma inmediata, envolviendo sus brazos detrás de mi cuello.

Fue un beso tierno, que se volvió algo apasionado al final, para luego separamos y sonreírnos. Se dio la vuelta para emprender su regreso mientras yo podía observar como se marchaba, con ganas de que llegue un nuevo día para volverlo a ver. Cuando ya no podía distinguirlo a la distancia me di la vuelta para volver a casa.

En Mis Sueños - OneShot KageHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora