N.O.
En el infinito más allá del horizonte, a donde todos los viajeros desearían ir, se encuentra un pequeño pueblo algo revoltoso conocido como Karmaland.
El gran Karmaland es un pueblo que ha sobresaltado por todos los tiempos debido a su "maldición" o " Justicia" ya que al cometer una buena o mala acción el Karma de aquel peculiar pueblo te lo cobrará de buena o mala manera tarde o temprano.
Este pueblo al no ser nada fácil de llevar tiene a su cargo nueve grandiosos héroes cada uno con sus distintas habilidades y eso sí sus grandes secretos.
Dos de ellos tenían mucha cercanía y afinidad, tanto que la mayoría del tiempo se la pasaban juntos y eran casi inseparables pero solo era una simple amistad.
Uno de ellos se encontraba ayudando a reconstruir el molino del pueblo ya que la hermandad oscura, más específicamente él, lo había destruido, pero claro nadie sabe tal secreto. Ya estaba atardeciendo y el sol se estaba poniendo mientras tomaba un respiro de tanto trabajo.
Mientras tanto un chico de traje oscuro como la noche que se acercaba, para ser precisos el líder de los héroes, lo observaba atentamente desde unos árboles, admirando sus blancos cabellos que se movían al son del viento, sus bellos ojos esmeralda que brillaban con intensidad al mirar aquel resplandeciente atardecer, sus suaves, cálidos y rosados labios.
Y hay aquel chico entre los árboles lo entendió ,lo que tanto había intentado negar o lo que le parecía una completa locura, pero que en eso momento entendió que no tenía más remedio que aceptarlo y es que como no hacerlo si al final todo de él le fascinaba, desde lo infantil que podía llegar a ser su actitud, hasta su manera de ser un héroe y persona tan valiente y amigable, así que no pudo hacer más que resignarse a aceptar tal realidad...
Se había enamorado.
Maruna_07
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THE WOLF // Rubegetta
RandomHistoria Completa ◆◆◆◆◆◆◆◆◆◆◆◆◆◆◆◆◆◆◆◆◆◆◆◆◆ El cura de Karmaland era ciertamente un gran despistado aunque con grandes virtudes, le agradaba a todo el mundo y tenia cierto amor secreto, que para algunos era bastante evidente. Pero un día en la igle...