[...]Thomas: El día en el que mi mujer falleció (da una pequeña calada al cigarrillo.) los lobos aulláron. Fue tanto, que el sol se dejó tapar por la luna; en su funeral, el cielo estaba oscuro y lleno de estrellas. ( Mira pensativo al cielo mientras apoya sus brazos en el balcón.) Increíble...¿Qué estoy haciendo? (Mira el cigarrillo y su alianza.)
Alexandra: pensaba que...habías dejado de fumar. (Sentada con el alma destrozada.)
Thomas: Y yo pensaba que ibas a volver del ejercicio, Alex. (Resentido, la mira.)
Alexandra: Hace años que... no veía a Luna, no podía hacer nada más que enviarla cartas a mi hermana pequeña. (Tapada por el frío, mira las estrellas.)
Thomas: Cartas que ella transformó en libros. (Volviendo a dar otra calada.)
Alexandra: ¿Cuanto tiempo hace que dejaste de fumar, Thom? (Lo mira fijamente.)
Thomas: (Cansado,gira su cabeza para mirar al cielo.) Meses antes del nacimiento de nuestro primer hijo, Erik, unos 16 años ya ... Sin embargo, aquí me ves, en el balcón con el veneno en mi boca, ya que sus labios no están para calmarme. (Suspira.) Sabes... Cuando volvía solo, vi su reflejo en el humo, el calor me rozo la cara, como si de sus finas manos se tratase. Eso fue lo que hizo escombros mi corazon, Alex.
Alexandra: (pensativa, sin aliento ni palabras.) Yo... Lo siento. (Intentando cambiar de tema.) ¿Y la pequeña Selene?
Thomas: En el altillo, y no lo sientas, tu hermana no lo hubiera querido así. (Apagando el cigarrillo.)
Narrador: Dicho esto, Alexandra dio las gracias, se retiró, subió la escalera de caracol y se dirigió al altillo.
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Diario de un invierno más frío. (I) Comienzos.
Science FictionAquellas almas que sufren y no suben al cielo, son aquellas que se transforman en sombras, los árboles sin vida son sus nidos y se propagan como infección en las mentes de los más débiles. Una joven arquera de una tribu extinta busca terminar con el...