Capítulo 2: El nuevo compañero de banco :\

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Cuando el timbre que anunciaba el recreo tocó, yo continuaba merodeando por los hasta ahora solitarios pasillos. Todos los estudiantes salieron de las aulas como alma que lleva al diablo, algo normal. 

Caminé por el patio distraídamente comiendo mi manzana roja. No me había dado cuenta de que alguien me estaba siguiendo hasta que caí al pasto de cara.

-¡Cuidado por donde vas enana! ¡Si fueras más alta tal vez no te llevaría por delante!-gritó uno de los descerebrados del equipo de fútbol americano, Paul Willbour. Yo sin vergüenza le saqué mi preciado dedo del medio y solté una palabrota.-¡Wow! La peque está de malas hoy.

-Cierra la boca imbécil-y entré nuevamente pisando fuerte. Los diez minutos del recreo terminaron en un abrir y cerrar de ojos. Este era un muy mal día. Primero mi padrastro, luego que me sacaran de clases y sólo faltaba el imbécil de Willbour. Lo sé...No es para tanto. Pero hoy estaba de mal humor.

Entré al curso de la asignatura que más añoraba: Literatura. Me senté al final del salón, como hago habitualmente, y saqué el libro que estábamos leyendo. Amaba a Charles Diquens, el autor de el libro David Coperfiel. Cómo escribía, como...

Por el rabillo del ojo vi cómo alguien se sentaba a mi lado. Cuando me di vuelta para encarar a esa persona y decirle que tenía miles de asientos me quedé paralisada. Ese chico daba miedo. Tenía un buso negro con capucha y sin mangas que impedía que le viera la cara, pero si me permitía ver en sus musculosos brazos muchos tatuajes de distintos tamaños, entre ellos, uno que captó mi atención: una pequeña pluma igual a la mía. Su cabeza estaba siendo sostenida por sus manos que estaban a los costados de ella. Me le quedé mirando un buen rato hasta que él me dijo con una especie de gruñido:

-¿Qué es lo que tanto miras?¿No tienes nada que hacer aparte de violarme con la mirada?

Okey... Eso sí me enojó

Siempre te enojas por todo, no sería la gran cosa

"Cállate" le repliqué a mi vocesilla del interior. 

-Oye, no tienes derecho a hablarme así.-tartamudeé indignada.-Tú...Tú...Chico malo.-Metí la pata, trágame tierra.

La haz cagado...

-¿Chico malo?-preguntó girándose a mí y dedicándome una sonrisa divertida-¿En serio?-No sé por qué pero sentí un impulso de hacerlo. Le quité la capucha y el corazón se me paró. Era el chico más hermoso que había visto EN LA VIDA. Repito EN LA VIDA. Cabello castaño tan oscuro que parecía negro, piel aceitunada y ojos...ojos violetas. VIOLETAS. A este chico lo conocía de algún lado. En serio...

-¿Por casualidad te he visto en algún lugar?-pregunté curiosa, olvidando que estaba enojada.

-No lo sé...-dijo misteriosamente haciendo un baile de cejas. Okey... Este tipo me asusta...

-Okey, para ya. Me asustas.-El chico paró de hacerlo y puso cara de póquer-Eres raro...

-¿Eso crees Eider?-preguntó mirándome a los ojos-¿En serio crees eso?-Y todo el mundo se vino abajo...

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⏰ Última actualización: Mar 22, 2015 ⏰

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