9. La apuesta

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▪︎ Levi Ackerman ▪︎

Recargo mi espalda sobre la puerta del apartamento después de marcharse Eren,suspiro largamente todavía sorprendido por la revelación de Sabi.

¿Por qué los niños de hoy en día son tan sabiondos?

Muevo la cabeza para ambos lados y sonrío -Gracias nena -susurro agradecido.

Uno de los motivos de apartarme del castaño había sido mi pequeña,lo que menos quería era verla sufrir. Ver a su padre en actitud cariñosa con su profesor pensé que la traumatizaría de por vida.

Vuelvo a suspirar de nuevo al recordar al de ojos verdes,me muerdo el labio inferior y sonrío -¿Qué me pasa contigo,Eren Jaeger?

La invitación a la fiesta es realmente tentadora,la idea de pasar una velada junto al sexy profesor hace que me ilusione como hace tiempo no lo hacía.

Antes de darle el si al castaño decido llamar a mamá,necesito saber si puede quedarse con Sabi esta noche o al menos hasta que regrese de la fiesta.
Escucho pacientemente el tono de llamada después de haber marcado su número de teléfono. Tengo que insistir varias veces.

~ ¡Levi cariño! ~

Alejo con rapidez el teléfono móvil de mi oreja,la estridente música que se escucha de fondo me deja sordo durante unos instantes. Apenas si puedo escuchar su voz.

~ ¿Dónde demonios estás? ~

Pregunto en voz alta,casi grito,intentando que me escuche con claridad.

~ No te oigo bien cariño,después te llamo. Estoy en plena clase de
bachata ~

Enarco una ceja -¿Porque no puedo tener una madre normal? -refunfuño entre dientes. El insistente pitido me hacer ver que mi querida madre me acaba de colgar el puto teléfono.

-Increíble,esto es increíble -ladro malhumorado.

Intento relajarme y centrarme en todo lo que me queda por hacer durante esta mañana.
Dejo a Sabi jugando en su dormitorio con el canal Disney Channel sintonizado en la televisión.
La visita del castaño me ha retrasado en mis quehaceres del sábado por la mañana,no me importa,verlo ha cambiado radicalmente mi estado de ánimo.
Esta tarde tendré que dedicarla a hacer la compra.

Limpiar el apartamento a fondo,incluidas las ventanas y la terraza que hay junto al salón,me consume casi lo que resta de mañana.
Tengo un pequeño conflicto con Sabi,el relleno de algodón necesita urgentemente un buen lavado y una buena desinfección.

-Venga nena,dame a Parches. Necesita un baño -digo con cautela temiendo su reacción.

-¡No! -exclama y estrecha entre sus brazos a ese peligroso foco de gérmenes -Eres malo con él,lo metes en la lavadora.

Enarco una ceja -¿Ahí es donde se lavan las cosas? -contesto con simpleza.

-Parches no es una cosa,es mi bebé -deja varios besos sobre la enorme cabeza del puto oso -No te lo pienso dar -sentencia.

-Hay que lavarlo nena,sino esta noche no podrás dormir con él. Está demasiado sucio -ignora mi comentario y desvía la mirada hacia la pantalla de la televisión -Eso pasa por llevártelo al colegio todos los días.

-Tengo que llevarlo,Eren lo necesita. Es su ayudante -sonrío al ver como gesticula con sus pequeñas manitas.

Al darme cuenta que no habrá forma de que Sabi me ceda durante un rato a Parches decido usar mi plan estrella,el chantaje.

-¿Y si esta tarde te invito a merendar en el Dunkin Donuts? -alzo una ceja y espero su respuesta. Es imposible que se resista al batido de fresa de ese establecimiento.

Stand by me (Ereri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora