La vida cambia completamente para Levi cuando se queda viudo con una hija de apenas tres años. Ahora tiene que hacer
de padre y de madre,atender las labores del hogar y por si fuera poco,sus largos horarios de trabajo.
Este año la pequeña comienza s...
Hola amores ❤, os dejo un nuevo fic que se me ocurrió ayer. No sé cuantos capítulos serán, la misma historia ya me lo irá diciendo. Aquí os dejo la presentación de nuestros dos protagonistas.
Espero que os guste y le déis mucho love ❤❤❤
Gracias por darle una oportunidad.
▪︎
▪︎
▪︎ Levi Ackerman ▪︎
Estos últimos meses habían sido demasiados difíciles, mi vida cambió en cuestión de horas. De tener una vida ordenada, plena, feliz, con la pérdida de Petra mi vida se convirtió en un auténtico caos. En medio de todo ese desastre ella, mi pequeña Isabel con apenas tres años. A partir de ese momento me tocó ejercer de padre y madre al mismo tiempo.
Conocí a Petra en mi último año de instituto, por motivos de trabajo sus padres se mudaron ese año a Tokio, ella llegó transferida a mitad de curso. En cuanto la vi me gustó, era una auténtica preciosidad, no fui el único en percatarme de sus encantos. Varios chicos babeaban tras ella, yo debido a mi carácter poco sociable y solitario, me conformaba con verla de lejos. Aunque mi amiga Hanji me incitaba para que me acercara a ella, nunca lo hice.
Solía estudiar en la biblioteca del barrio, en casa a pesar de vivir solo con mamá era a veces complicado hacerlo. Aparte de su trabajo en la panadería del barrio, se ganaba la vida haciendo reuniones en casa para vender productos eroticos. Por ello era imposible que pudiera concentrarme algunos días. Los gritos, risas y comentarios subidos de tono de las marujas cada vez que mamá enseñaba unos de esos extraños artilugios eran realmente insoportables.
Al día siguiente tenía examen global de Historia, cinco temas, todos ellos del Imperio Romano. Así que cogí de la despensa de la cocina un par de barritas energéticas, las guardé en mi mochila y me largué antes que comenzara la maldita reunión.
Estaba tan concentrado estudiando que no me percaté que alguien se había sentado a mi lado.
Al cabo de un buen rato una melodiosa voz me sacó de mi concentración -¿Puedo usar tu bolígrafo? -alcé mi mirada para encontrarme con los ojos color ámbar de Petra -Es que se le acabó la tinta al mío.
Poco tiempo después me reconoció que sólo fue una excusa para romper el hielo entre nosotros, en realidad llevaba varios bolígrafos en su mochila, Ahí comenzó un coqueteo por parte de ambos, más de su parte que de la mía, ya que debo reconocer que soy bastante seco y cortante a la hora de expresar mis sentimientos. A los cinco meses di el gran paso, le pedí que se convirtiera en mi novia, aceptó sin dudarlo un instante.
Después de cuatro años en la Universidad terminé mi carrera de Gestión y Dirección de Empresas. Tuve uno de los mejores expedientes de ese año, me ofrecieron un puesto de trabajo en una empresa bastante importante. Petra apenas estaba en su primer año de carrera, no se lo pensó, dejó sus estudios para venirse a vivir conmigo. Al principio mi sueldo no era muy elevado, ella decidió ayudar con los gastos, encontró un trabajo en un centro comercial como dependienta en la sección de perfumes, maquillajes y esas cosas que suelen ponerse las chicas para verse mejor.
A los dos años de convivencia tuvimos un descuido, Isabel llegó a nuestras vidas. Aunque no fue una niña buscada nos sentimos dichosos al saber que íbamos a ser padres.
Petra pidió excedencia en su trabajo, quería disfrutar al máximo de nuestra pequeña. Pensé que no se podía ser más feliz, cuando Isabel cumplió dos años Petra decidió volver a trabajar. Aunque económicamente no nos hacía falta, ya que me habían ascendido y mi sueldo se había visto incrementado considerablemente, no dije nada. Acepté su decisión.
Pero la vida me tenía preparada una triste sorpresa, unos días antes de Navidad cuando salía de trabajar fue arrollada por un conductor borracho, murió en el acto.
Ahora me tocaba comenzar una nueva vida junto a mi pequeña pelirroja.
▪︎
▪︎
▪︎ Eren Jaeger ▪︎
Nunca tuve muy claro a lo que quería dedicarme, es más, hice selectividad sin saber aún que carrera universitaria escogería. Mis resultados fueron buenos para lo poco que había estudiado, en realidad tuve bastante suerte con las preguntas de los exámenes, cayeron las que mejor me sabía.
Mi nota media fue un 7,2, me daba para acceder a la carrera de veterinaria o magisterio, opté por la segunda, es más, en uno de mis locos arrebatos me decidí al final por educación infantil. No sé si fue una buena idea, un niño grande intentando educar a pequeños con edades comprendidas entre tres y cinco años. Es una locura, lo sé, pero mi vida siempre fue un poco loca.
Sobre todo si hablamos de relaciones, a los diecisiete años mientras mis amigos se dedicaban a mirar tetas y culos yo solo tenía ojos para un chico que trabajaba en el restaurante de la esquina de casa.
Ese fue mi primer amor. Porco, tres años mayor que yo tuvimos una intensa relación. Para él fueron mis primeras caricias, mis primeros besos, con él descubrí el sexo. Después de más de un año de relación me di cuenta que no estaba preparado para una relación seria, en una de las fiestas de la universidad bebí demasiado, la terminé cagando y me enrollé con un tío. Se lo acabé confesando a Porco varios días después.
Como era de esperar terminó conmigo, por mi vida pasaron varias relaciones, algunas de una noche y otras duraron un poco más, pero nunca encontré a nadie que me llenara como lo hizo él.
Al cabo de un par de años volvimos a vernos, ahora somos amigos con derecho. No tenemos que dar explicaciones de lo que hacemos, cuando nos apetece quedamos para tener sexo y poco más. Sinceramente esa es la mejor relación que existe.
Después de dos años estudiando para las oposiciones y haciendo prácticas, al fin me comunicaron que había conseguido plaza en un pequeño colegio privado en Ginza, en el barrio de Shibuya. Así que no tuve más remedio que dejar Sapporo, mi ciudad natal, y marcharme a más de mil kilómetros de mi hogar, concretamente a Tokio.
Por suerte, mi amigo Jean llevaba viviendo allí más de un año. Me ofreció compartir piso para así dividir gastos, ya que últimamente económicamente no andaba muy bien.
Su apartamento estaba situado en el barrio de Shinjuku, en metro tardaría poco más de quince minutos en llegar donde estaba situado el centro escolar.
Ahora solo me quedaba conocer a mis pequeños alumnos.
𝑪𝒐𝒏 𝒕𝒐𝒅𝒐 𝒎𝒊 𝒂𝒎𝒐𝒓,𝑴𝒊𝒔𝒂𝒌𝒊 ❤
Próximamente el primer capítulo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
