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"La realidad en algunas ocaciones puede ser un hermoso ramo de delicadas Glicinas y en otra ocasión un oscuro ramo de Rosas Negras.

Nosotros también necesitamos una cruda probada de realidad para poner los pies sobre la tierra.

Vagar en las nubes y huir puede ser más peligroso y destructor."


Por ese motivo fue que Jimin se sintió aliviado y feliz cuando despertó en el húmedo césped del bosque, siendo vigilado por un imponente lobo de azabache pelaje y carmines orbes.

Acababa de amanecer.

Estaba acostado boca abajo, su cuerpo cubierto por una rota camiseta blanca, sus piernas y caderas adormecidas, junto con una cálida esencia saliendo de su interior. Su alfa estaba viéndolo a la distancia.

El gran lobo azabache se movió a seguros pasos, mientras olfateaba el aire, a medida que el pequeño se iba incorporando, hasta que no hubo espacio entre ellos.

El cambia-forma por acto de instinto, olió la unión del cuello del omega donde se posaba una hinchada marca de gran tamaño, una de emparejamiento eterno, la áspera lengua del cambia-forma lamió esa sensible parte de su ser, un ligero siseo de dolor salió de los lindos labios del rubio.

Dolía y ardía.

Cuando esa lenta acción terminó, el lobo azabache se posó dominante ante el pequeño, era un claro signo de respeto, con angustia él omega se arrodilló y mostró su cuello, sumisión y docilidad.

Estando totalmente desnudo y el con frío cada vez más palpable se acercaron y él omega quedó recostado en el suave pelaje azabache, el cambia-forma solo se conservó en su posición sin moverse con sus orejas arriba atento a cualquier movimiento.

Jimin seguía en celo, sin embargo, todos los demás encuentros que ocurrieron en la noche lo dejaron totalmente noqueado, continuó durmiendo algunas horas.

El lobo olfateó por última vez, dispuesto a dormir junto con su nuevo omega, hasta que unas ágiles pisadas se hicieron presentes, Jimin estaba muy cansado como para poder despertar.

La bestia se incorporó y gruñó al individuo que se acercaba, dejando ver a un joven de contextura delgada y un voluptuoso vientre hinchado.

-Jungkook, a-alfa, ¡al fin! Por Dios, por favor, r-regrese.-El chico se veía notablemente agitado y exaltado, por precaución se mantuvo al menos 5 metros de distancia, no quería el su líder se le tirara encima, en su desesperación pudo ver a cierto chico rubio, dormido en el suave pelaje del macho.-E-ese es su o-omega?.-El pelicastaño palideció.

El lobo estaba apunto de incorporarse, sus feroces caninos expuestos, a manera defensiva, protegiendo a su propiedad legítima.

-T-tranquilícese, soy Hoseok.-Al cambia-forma le importó poco y se acercó de forma defensiva al pobre omega.- ¡por favor! ¡Alfa, Jeon! ¡Jungkook!.-el castaño exhalo un suave aroma, identificándose, el azabache solo lo olfateó y se colocó dominante enfrente de él.

Él omega suspiró aliviado, casi se le salía el corazón y como último acto, dirigió su vista al omega que Jungkook había marcado. observandolo con una expresión sorprendida. ¿sería eso posible? ¿El egoísta, egocéntrico y narcisista lider, había marcado a un omega? Esa era definitivamente una buena noticia, esperaba que Jungkook fuera feliz, y aparte, hablando claramente, se notaba a leguas que el alfa estaba en la inconsciencia y el animal en su interior lo controlaba.

|| S A D 🌼 Kookmin [Omegaverse] ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora