El castaño dividió a la mitad el fajo de cartas y las volvió a juntar en un solo manojo pero mezclándolas. Con la parte que mostraba los símbolos abajo para que no fueran vistos como decían las reglas del juego, le entregó dos cartas a Sigma y luego dos cartas para su persona. Finalizando por poner tres cartas pero boca arriba en el centro de la mesa, las cuales eran las cartas del Jack, siete de corazones y cuatro de rombos.
—Cada ficha tendrá un valor de 40.000 yenes, ¿bien? Como es una partida corta no habrá revancha —explicó el dueño del casino a lo que Osamu asintió.
Cada uno tomó las dos cartas que tenían en frente y las voltearon para ellos mismos, observando lo que les había tocado. El castaño miró la expresión del contrario, en el rostro del albino había una sonrisa ladina, lo que le hizo suponer que tenía buena mano, pero no se apresuraría a llegar a una deducción tan simple, bien ese sujeto podría estar intentando jugar con su mente o quizás ir un paso más allá de eso.
Dazai mantuvo su expresión seria, sin dar a querer mostrar ningún rastro de alguna emoción relacionada con la duda, nervios o también felicidad por ver lo que había obtenido en sus dos cartas. En ese juego dominaba la jerarquía, es decir, la carta con mayor valor era la que ganaba, hasta ahí todo fácil. Lo "complicado" sería tener que deducir qué cartas tenía tu contrincante y después dejárselo todo a la suerte que tengas. En el caso de estos dos, estamos hablando de un ex miembro de la Port Mafia con una de las mentes más complejas de Yokohama contra el mismísimo dueño de un casino el cual se sabía de memoria todos los trucos necesarios para ganar en juegos como estos.
Sigma miró sus dos cartas en mano y agregó al centro una pila de seis fichas azules, el castaño imitó su acción pero con las rojas. El de vendas tomó con su mano desocupada otra carta de la bajara que se encontraba boca abajo y la volteo para ponerla junto a las tres que había en el centro de la mesa, se trataba de otro Jack.
El dueño del casino suspiró y llevó ahora nueve fichas al centro a lo que el castaño le siguió igualando la cantidad. Dazai volvió a dirigir una de sus manos al fajo de cartas para sacar la última y que determinaría el ganador, saliendo ésta vez un cinco de tréboles.
—Creo que tuve suerte —mencionó el de cabellos largos.
Sigma colocó sus cartas sobre la mesa para así mostrarlas, teniendo un seis y tres de tréboles. Su jugada había formado la Escalera, algo difícil de conseguir pero bastante efectiva en caso de que tu contrincante tenga pares o tercias.
El castaño al ver las cartas del peliblanco formó una mueca con su boca, apretándola a la par que fruncía su ceño y miraba hacia abajo. Chuuya, quien se mantuvo en completo y absoluto silencio durante todo ese rato, miró por el rabillo de su ojo el par de cartas que tenía el suicida en manos, poniendo cara de desconcierto al ver de cuáles se trataban y el resultado que darían.
Sigma fue consciente de la actitud que tenía el de vendas, mirándolo con extrañeza para después hablar.
— ¿Y bien? Muestre sus cartas.
Osamu dejó de apretar sus labios para que las esquinas de estos se curvaran hacia arriba, dejando mostrar aquella sonrisa retenida. Relajó sus cejas y subió su cabeza, la mano que sostenía su par de cartas se movió hacia abajo para dejarlas caer sobre la superficie plana de la mesa. Sigma arqueó una de sus cejas al ver lo que contenían las cartas del castaño.
—Full House —terminó por decir el suicida. Tenía otro siete de corazones y un Jack.
Había ganado, le había ganado al dueño del casino. Todos se encontraban sorprendidos por ese hecho, menos el pelirrojo, él sí que sabia que era más probable que vuele un elefante a que alguien le gane en un juego de cartas a Dazai, lo sabía por pura experiencia pasada.
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Red District | Soukoku.
FanficGracias a ciertos acontecimientos que afectaban tanto a la Agencia como a la Mafia, Dazai tiene que fingir volver a ser un ejecutivo de ésta y así tenderle una emboscada a un nuevo enemigo en unos de los barrios más oscuros de Yokohama. Todo esto co...