[ 06 ]

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— Chuuya-san no ha despertado, ¿deberíamos... ?

— No, el lo hará. Siempre lo hace, Atsushi-kun. 

Su subordinado suspiró pesadamente y sin más se dirigió a la puerta del cuarto en que se encontraban, siendo seguido pocos segundos después por Ryuunosuke que, a pesar que casi nadie notaba su presencia en realidad, también se hallaba dentro de ese cuarto. 

Resumen, después de que Nakajima y Akutagawa encontraran a sus superiores, se los llevaron a uno de los muchos escondites subterráneos de la Port Mafia, lugar donde la doctora Yosano les atendió inmediatamente, solo que el castaño prefirió que no usara su habilidad de él y que lo curara con técnicas comunes. En este momento su cuerpo reposaba sobre una no tan cómoda cama y con una aguja incrustada en el dorso de su mano izquierda, suministrándole suero. El pelirrojo a su lado se encontraba de la misma forma en otra cama, con la diferencia de que este aún no despertaba. 

No le importaba mucho que lo vean como un criminal ahora, pues ya lo había sido gran parte de su vida. Pero sabía que para los demás no era así, juraba que todavía podía escuchar los gritos de Kunikida con lo disconforme que estaba ante la situación y que se salía completamente de lo que tenía escrito en su libreta de ideales. O también las quejas en silencio del director de la agencia y de Ranpo al haber fallado en su deducción, sí, golpe bajo.

Su vista se quedo clavada en Chuuya, terminando por sentarse de la cama con algo de esfuerzo puesto que su hombro no estaba en las mejores condiciones debido al disparo que le dio el francotirador anoche. 

 Aunque no quería admitirlo en voz alta, le preocupaba el estado actual de su ex compañero. Es decir, nunca había tardado tanto en recuperarse después de activar Corrupción, le era inusual. 

Afuera del cuarto, los miembros de la agencia y la mafia discutían tratando de hallar una solución variable, y se supone que el suicida también debería de estar en esa reunión, pero internamente se negaba a quitarle el ojo de encima al pelirrojo. ¿Y si despertaba? ¿O si traería una consecuencia utilizar Corrupción por mucho tiempo? No había muerto, pero aun así...

— Deja de mirarme así, para tu suerte sigo respirando...

Pegó un respingo al escuchar su tono de voz sarcástico, ¿tanto se había distraído como para no notar que Chuuya estaba despierto?

— ¿Para mi suerte? Si te vas entonces tengo menos posibilidades de morir, duh. — Respondió como si fuera una obviedad y hasta con un toque de humor, a lo que Nakahara carcajeo sonoramente mas fue interrumpido por su propia tos y el dolor en su cuerpo que hasta ahora comenzaba lamentablemente a notar. — Si estás a punto de morir mejor avísame, no era lo que tenia planeado como "Un suicidio doble perfecto" pero, algo es algo.

— Bastardo, ni lo digas porque no pienso morirme así, seria una deshonra para mi y para mi apellido. Aunque me siento como si me hubiera aplastado un camión... 

— Dramático.

— Mira quién lo dice.

— Pitufo.

Y como si nada Chuuya se levantó de su cama y se acercó a la de Dazai para tomarle del cuello de la camisa con su mano derecha. 

— ¡Oh, ya te recuperaste, vamos a la acción y peleemos contra el mundo! 

Nakahara cayendo en cuente de que todo era para "animarlo", soltó al castaño y golpeó sonoramente la palma de su mano contra su frente a la par que ponía un rostro indignado — En verdad no tienes remedio. Y por cierto... — Se hizo a un lado para sentarse en la orilla de la cama y frunció su ceño. — ¿Cómo es eso de soy tu billetera? Con razón no tienes suerte con las mujeres... 

Red District | Soukoku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora