Capítulo 3

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Después de una noche de festejos, en la madrugada, Poché se levanto a primera hora de la mañana, tomó una barra de proteínas y se sentó en el balcón, el frió de la mañana golpeaba su cara, las cuatro se habían quedado en la misma habitación, ellas tres en la inmensa cama. Tomó su guitarra, un cuaderno y una lapicero y salió de nuevo, empezó a tocar algunos acordes.

El sol apenas empezaba a salir, Calle abrió la puerta del balcón y se sentó en otra silla al lado de Poché

- Buenos días - La castaña sonreía -

- Buenos días - la más joven le respondía de la misma manera - ¿Cómo dormiste?

- De maravilla, fue una increíble noche, gracias

- No me des las gracias, todas la pasamos genial, las que no creo que se despierten de tan buen humor son el par de allá - Señalo dentro de la habitación -

La castaña río un poco y tomó un gran respiro

- ¿Qué estás haciendo?

- Estaba componiendo algo

- ¿Puedo ver?

- Claro

Calle tomó el cuaderno y empezó a leer las letras

- Wow, está increíble

- No me convence del todo

- ¿Por qué?

- No sé, escúchala

Poché empezó a tocar los acordes para la luego iniciar con la letra de la canción, Calle tomó el lapicero y cambio algunas palabras

- Hazlo de nuevo

Poché hizo caso y empezó una vez más

- Suena increíble, gracias, en serio, te pagaré por eso

- No, no, mi manera de darte las gracias por dejarme estar con ustedes

- No pasada nada, de verdad, es un placer ayudarte, mañana debemos estar en Oxford, hoy saldremos a comprar algunas cosas, ven con nosotras, compramos ropa para tí

- Claro, el amanecer está hermoso, ¿No lo crees? - miraba hacia el sol apenas naciente -

- Sí, está hermoso -

Poché no miraba hacia la misma dirección de Calle, Poché miraba a Calle, miraba su perfecto perfil, sus pómulos bien formados, su nariz recta, su mandíbula, sus labios, sus ojeras por el trasnocho de el día anterior, sus largas pestañas y por último esas hermosas orbes color avellana, que brillaban más que el mismo sol, en ese momento, Poché sintió que el sol estaba justo a su lado, le había ayudado a componer una canción.

Horas más tarde, luego de un enorme desayuno, todas estuvieron listas para salir

Poché estaba empezando a salir por la habitación cuando sintió varios brazos tomarla por la capota de su hoodie

- Eh, ¿Qué pasa? - Se quejó -

- Los malditos za-pa-tos - Laura atacaba-

- Pues allá - señaló una esquina con varios zapatos -

- Pues ponete unos - Laura empezó a buscar entre sus cosas algo - o usaré esto - saco un pegante -

- Tanto alboroto por unos zapatos - torció los ojos en señal de protesta y se puso los zapatos -

Calle veía todo divertida desde una esquina de la habitación

- ¿Por qué no te gustan los zapatos?

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