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La carta número 9, se encontraba nuevamente en su casillero, envuelta en un sobre color negro, con detalles en blanco.

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     Hola, mi Yoonnie ❤️

Woah, no me la creo, ¡Ya es mañana! *Ce desmaya*
Enserio, acabo de pedirle a mi mejor amigo que me pellizque para comprobar que esto es real y el muy maldito me ha dado un muy fuerte pellizco, pero, me sirvió para comprobar que si, ¡Esto es real! ¡Dioses! Ya mañana te veré en persona, no me la creo. Porque, una cosa es verte diariamente a cierta distancia, pero ahora, seremos solo tu y yo, juntos, conversando solitos... Si, creo que me volví a morir.
Bueno, viendo la situación, creo que he llegado a la conclusión de que la última carta, te la entregaré en persona, ni siquiera se cómo me arme de valor para eso pero así será.
Ya he hablado con mi amigo, así que el será quien te entregué la nota mañana sobre donde estaré esperándote, ¡No vayas a faltar! Porque enserio, me pondré a llorar.
Y bueno, creo que no tengo nada más que decir por ahora, así que, hasta mañana, Yoongi-chi ❤️

Pd: Me gustas mucho, mucho (。・ω・。)ノ♡  ╚════════════════════════╝

La emoción era enorme, pues el día, al fin había llegado. Ambos jóvenes se encontraban emocionados y ansiosos, uno por conocer a quien había alegrado sus días con hermosas cartas y el otro por al fin revelar su identidad a su enamorado.

Decir que aquella mañana las clases fueron un martirio, sería poco, y es que ambos se encontraban realmente ansiosos por encontrarse. Así que, en cuanto el timbre resonó por toda la institución, SeokJin salió casi corriendo del salón, para ir a donde sería su encuentro con Yoongi, dejándole la nota a Jimin para que la entregara como le había dicho al castaño que haría en la carta del día anterior.

Yoongi ciertamente no se esperaba que aquel momento llegará tan rápido, pues creía que como era normal, todo sucedería a la hora de la salida, sin embargo, se sorprendió cuando en pleno receso un muchacho rubio se acercó a él con una pequeña sonrisa en el rostro.

—Hola Yoongi —saludó Jimin—, no se si me ubicas, pero estamos en el mismo grupo, igual, eso no es relevante ahora —se encogió de hombros—. Toma, me encomendaron entregarte esto.

Dicho aquello, el menor extendió su mano, entregándole al castaño una pequeña notita con la inconfundible letra de su enamorado.

Una sonrisa se pinto en su rostro y rápidamente leyó la nota, murmurando un bajo «gracias», a Jimin, antes de salir corriendo al encuentro que tanto había esperado.

Mientras tanto, SeokJin se encontraba comiéndose las uñas de los nervios, su corazón latía más rápido de lo normal y sus manos se mantenían inquietas a sus costados.

Cuando los pasos rápidos fueron audibles a sus espaldas, el pelinegro se giró lentamente, para poder observar frente a frente al causante de sus desbocados latidos.

Yoongi le observó embelesado, bebiendo cada detalle del rostro de SeokJin, reconociendo a su compañero de clase y dándose cuenta por fin de las miradas traviesas que le regalaba siempre el pelinegro, miradas a las cuales Yoongi nunca le había dado real importancia. Recordó también haberle visto en el pasillo, sin falta, cada tarde cuando leía sus cartas.

—Entonces, ¿Siempre fuiste tú?

SeokJin sonrió a modo de respuesta, encogiéndose de hombros y extendiendo sus bracitos como diciendo "Esto es lo que hay".

—Hola —murmuró en bajo—, espero no haber roto tus expectativas.

—Al contrario —respondió, Yoongi sonriendo—, eres muy hermoso, SeokJin.

Posdata: Me gustas ♡ YoonJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora