Micaela
Cuando una persona que esta a punto de morir, parece tener el tiempo del mundo para recordar su vida y a las personas que ama, es como si el tiempo pasara lento, como si un minuto en el momento real se hiciera una hora en tu mente. Eso es lo que me sucedió, se que soy una de las personas mas exageradas que existen en este mundo, pero al ver los ojos de Ian me di cuenta de que no saldría de esto, no se donde esta Hobi y tampoco se que podría hacer él para ayudarme.
Pensé en todas las cosas que había hecho y en todo lo que pude hacer con Hobi, si tan solo no hubiéramos desperdiciado tanto tiempo odiándonos al principio. Tambien pensé en mi hermana y en lo agradecida que estoy de que haya encontrado a alguien como Jin para pasar su vida, ambos son mejores personas a lado del otro y aunque a veces me molesta tanto romance entre ellos, se que se aman y son felices. Pensé en mis papás, talvez también tuvieron este momento como yo en que pensaron en nosotras y en las cosas que querían hacer y obviamente ya no podrían, los imagine esperándome en donde quiera que se encuentren, si eso sucediera no me sentiría tan mal por morir. Abrí los ojos cuando Ian estaba por darme un puñetazo, algo se rompió escandalosamente, ambos nos quedamos quietos un momento y de repente se escucho un grito.
-Imbécil, sal de ahí- estoy segura que es la voz de Nam. Más gritos se escucharon y la cara de Ian se volvió a llenar de enojo, esta vez dirigida hacia alguien más, recordé las palabras de Tae y me entro mucho miedo de pensar en que Hobi estuviera aquí y saliera lastimado por mi culpa. Puse mi cabeza entre mis piernas y empecé a llorar en silencio.
Si no estuviera aquí encerrada y sabiendo todas las rejas que hay para entrar, podría jugar que el olor de Hobi lleno la habitación, la voz de Ian se escucho por el pasillo y abrí los ojos inmediatamente buscando a Hobi, nadie podía verlo aquí o esto se pondría peor, pero mi decepción fue mayor cuando no lo encontré por ningún lugar.
-¿Qué haces ahí tirada? Cuando me encargue de ese idiota seguiré contigo- Ian empezó a buscar cosas dentro de su armario, mis ojos se abrieron más aun cuando después de las balas, saco un rifle de caza. La sonrisa en su rostro me indicaba que le divertía saber que lastimaría a alguien.
Hace unos minuto recé por que Hobi estuviera aquí para salvarme, pero en este momento espero no verlo aquí, por ningún motivo. Ian tomo las cosas y salió de la habitación cerrando la puerta tras él. Tarde unos segundos en darme cuenta de lo que estaba sucediendo ya que mi cerebro no reaccionaba, varias emociones invadieron mi interior, pero las olvide todas cuando sonrío.
-¡Hola, nena!- su increíble sonrisa me hizo olvidarme de todo, me dio paz y me sentí a salvo. Las lagrimas empezaron a rodar por mis mejillas, Hobi se agacho a lado de mí y me levantó el rostro para que lo volteara a ver.
-Te amo tanto- fue lo único que pude y que quise decir desde el momento que lo vi.
-¡Hey, shh, shh! Yo también te amo, hermosa, no tienes una idea de cuanto.- Hobi me dio un beso y se alejo- tenemos que movernos. ¿hay algún sitio de la casa en donde sea el ultimo lugar en el que te busque?. Tenemos que hacer tiempo hasta que la policía llegue y lo principal es mantenerte lejos de él.
-Hay una habitación en donde guardan muchas cajas de comida, podemos escondernos ahí.- le dije con la esperanza de que accediera a quedarse conmigo, aunque ya sabía la respuesta a esto.
-Tienes que ir tú y lo sabes, necesito ayudar a los chicos- nos levantamos y caminamos rápido a la puerta, abrió despacio y verifico que Ian no estuviera a la vista, caminamos por el pasillo hasta llegar al punto en donde la sala y la cocina estaban a nuestra vista, Ian estaba detrás de la ventana buscando a Nam mientras cargaba su rifle.
En un descuido de Ian caminé rápido hacia la cocina y Hobi fue detrás de mí, una vez ahí nos encontramos a Tae y a la señora Lee, Hobi tomo mi cara entre sus manos y me beso la frente.
-No salgas hasta que yo te diga, ¿Esta bien?- me dijo Hobi, yo asentí mientras él me daba un beso antes de enviarme a esconderme. Tome de la mano a la señora Lee y nos fuimos a esconder.
Antes de cerrar la puerta de nuestro escondite se escucho un balazo, estuve a punto de regresar corriendo pero la señora Lee no me lo permitió, me jalo de mi suéter para meterme al pequeño almacén y cerro la puerta detrás de nosotras. Me deje caer en el suelo y mis lagrimas empezaron a caer, rezaba por que ninguno de los tres estuviera herido y siendo honesta no me importaba para nada lo que le sucediera a Ian. No se escuchaba casi nada de afuera, pero un grito me erizó la piel.
-¡Micaela!- Ian me estaba buscando, se escucho un vidrio romperse y después silencio. Estaba muy asustada pero la señora Lee empezó a llorar, la abrace e intente calmarla, no se cantar pero recordé una canción que mi madre nos cantaba cuando estábamos asustadas y sin pensarlo empecé a cantársela bajito.
Me recargue en unas cajas y la recosté a ella en mis piernas, acaricie su cabeza y espere pacientemente a que se tranquilizara, de todas maneras no podíamos hacer mucho aquí y los ruidos de afuera se habían dejado de escuchar hace algunos minutos. De repente algo se cayo en la cocina y se escucharon unos pasos detenerse afuera de la puerta donde estábamos escondidas, mi corazón empezó a latir muy rápido, tenia miedo de que fuera Ian y la verdad es que no sabíamos que había sucedido afuera este tiempo. La puerta se abrió de repente y sentí que la sangre había abandonado mi cuerpo.
-¡Regrese!- dijo el con una sonrisa.
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Destino: Sálvame
FanfictionLibro 4 Saga Destino Cuando el pasado se involucra, el destino siempre mantendrá las cosas en curso pues el futuro ya está escrito.