a veces es extraño porque quiero irme pero no quiero que me dejes la puerta abierta, ni que se la cierres a otras cuando te las lleves a la cama y no quieras que te oigan abajo (aunque el suelo cruja)
otras veces es más normal porque me sigues invitando al cine aunque la sala ya no se vaya a convertir en nuestro escenario ni la sal en los labios el principal sabor
pero como siempre hacemos la rutina de tener algún 13 en el tícket para que nada pueda salir mal pero tampoco bien, porque siempre sale igual
cuando estamos a mitad y me cuentas el final
cuando yo nunca adivino qué va a pasar
como cuando me sigo parando por la calle cuando huelo tu perfume porque estoy segura de dos cosas; que no es una colonia y que no vas a estar a la vuelta de la esquina