Capítulo 10

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Desperté debido a la luz del día que entraba por la ventana, estaba tan cómoda que no quería salir de la cama, pero algo no estaba bien, la almohada en la que estaba apoyada mi cabeza era inusual, abrí los ojos.

¿Pero qué...?

Me sorprendió ver que estaba recostada sobre el pecho de Jake, mi brazo rodeaba su estómago. Su brazo rodeaba mi hombro, la almohada de anoche, no estaba y él continuaba dormido.

Cuando me di cuenta que él solo estaba en interiores me retiré de inmediato hacia el otro lado para sentarme. Me cubrí con la sábana.

¿Cómo llegamos a dormir así?

Él se quejó moviéndose un poco al no sentir la sábana. Frotó sus ojos y luego miró a dónde tenía que estar la almohada que nos separaba, luego sonrió.

- No eres tan peligrosa después de todo, veo que sobreviví- dijo refiriéndose a mi amenaza de anoche.

- Por ahora - amenacé con los ojos entre cerrados.

Jake solo lanzó una risa tranquila y volvió a cerrar los ojos volteandose para volver a dormir.

Bajé de la cama y busqué mi teléfono, debe haberse cargado, sin querer dejé caer algo de la mesa de noche haciendo un crujido en el suelo.

- Es muy temprano, no hagas ruido - se quejó.

Volteé los ojos y miré la hora.

Las ocho de la mañana.

Mierda...

Me coloqué mi jeans arruinados a toda prisa.

Cuando salí de la habitación Ioan también estaba saliendo, estaba sin camisa y una pantaloneta.

Lo observé con atención.

¿Por qué tiene que ser tan lindo?

Luego nos miramos su expresión seria cambio de inmediato, fué como si recordaramos aquello tan importante.

- Mierda, ¡El trabajo de literatura! - me recordó.

- Nos quedan veinte minutos - le dije refiriéndome la hora que la profesora se iría.

Él volvió a entrar a su habitación. Entré al baño a lavar mi cara, al verme al espejo estaba hecha un desastre, me peine con la mano, cuando estaba lista para salir, recordé que estoy usando la camisa de Jake.

Diablos.

Corrí de nuevo a la habitación a buscar mi blusa.

- ¿A dónde vas? - preguntó aún medio dormido - Pensé que te quedarías más tiempo.

- No es tú asunto.

Fue mi turno de decirlo y busqué por todas partes, pero no la encontraba.

Solo comenzó a reír, y volvió a dormir.

No había más tiempo y decidí salir así.

Al salir de la habitación Ioan buscaba el USB.

- Tenemos que irnos - lo apresuré.

- No me presiones y ayudame a buscarlo - ordenó.

Lo ayude a buscar, pero no aparecía y se nos acaba el tiempo.

Hasta que lo recordé. Tomé las llaves del auto de Jake.

Ioan comprendió al instante. Salimos al estacionamiento y presioné el botón para quitar el seguro, Ioan entró a la aparte trasera.

- Aquí está - lo tomó y me quitó las llaves.

-¿Qué haces? - pregunté cuando subió al auto.

Decisiones Peligrosas©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora