«Beautiful»

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Llevaba quince minutos viendo la hoja color melocotón casi en blanco y solo con un simple "Querido Yoongi" en una esquina. Su lapicero era apresado por sus gruesos labios y mordido por sus dientes intentando encontrar las palabras que expresaran sus sentimientos de la mejor manera.

Claro que no podía decirle "te amo" y de ninguna manera lo escribiría ¿o sí? ¡No, claro que no!; lo tacharía de loco.

-Solo quiero que me mire...-

Era un joven con solo diecisiete años y estaba perdidamente enamorado de su compañero de curso -solo recibían filosofía juntos-.

Cliché, ¿verdad?

Lo había conocido hace dos años por una actividad grupal en su clase de educación física -donde no era muy bueno- aunque su chico pálido si lo era.

Lo había visto jugar baloncesto y vaya que era bueno, ese día su corazón se agito y estaba seguro que se le saldría en cualquier momento; sus mejillas se tiñeron y juraba sentirlo debido al calor en ellas, haber visto al pálido con su frente y cuello sudado fue su perdición aquel día, sus cabellos negros adhiriéndose a su frente y su respiración agitada lo hacían ver endemoniadamente sexy.

Y así fue como lo enamoró, ese día una flecha atravesó su corazón.

-Minmin, ¿Te gusta tanto?-

Dio una media vuelta en su silla giratoria y encaro a su mejor amigo recostado -echado, invadiendo- en su cama.

-Demasiado.- un suspiro salió de sus labios para sonreír como bobo enamorado que era

-¿Cómo vas con la carta? ¿Se la piensas dar tu mismo?-

-Claro que no.- quito el lapicero de entre sus dientes -No tengo oportunidad de que la reciba.-

-Y...Qué piensas, ¿Ser como un espía y dejarlo entre sus cosas por "arte de magia"?- hizo comillas con sus dedos en sus últimas palabras

Jimin sonrió, ¿Cómo no se le había ocurrido?, su mejor amigo era todo un genio para las ideas. Sus ojos se iluminaron al imaginarse entrando y saliendo sin ser visto por alguna persona, la emoción de pasar desapercibido lo estremecía.

-No, no, no, eso es algo casi imposible de que suceda.- ambos fruncieron el entrecejo por motivos diferentes.

-Vamos Tae, será divertido.-

-No pensamos de la misma forma minnie.-

-Emociónate.-

Taehyung intentaba encontrarle lo "divertido" a dejarle cartas al crush de su amigo, sabia lo poco probable que resultaría una relación con el chico de tez pálida, pero ¿Qué mejor amigo sería sino lo apoyaba?

Resignado termino aceptando ser parte de la locura de amor.

-Tae~ no sé qué escribir.-

Suspiró, quizás necesitarían más ayuda de lo que había pensado.

. . .

-Jimin, apresúrate.- susurró desde la puerta, estaba vigilando que no apareciera nadie

-Tae, no se donde se sienta.- Park se movía nervioso entre los escritorios, había pensado en todo, pero quizás se le olvido un pequeñito detalle

-¿Qué?-

Ambos se pusieron aún más nerviosos, faltaban menos de quince minutos para el cambio de clase y el pálido junto con sus compañeros regresarían de la clase de educación física.

-B-busca el sudadero con su nombre o iniciales.-

-P-pero son demasiados.-

"Que no venga nadie." Pensó Taehyung quitándose de la puerta para ayudar a Jimin con su búsqueda del nombre de su enamorado, debía estar ahí, no se pudieron confundir de clase -había investigado antes de saltarse una clase- y terminar aquí.

-¡Lo encontré!- chilló feliz el de mejillas regordetas

-Apresúrate, nos tardamos más de lo previsto.- alentó volviendo a su lugar en la puerta

-Ya, ya, vamos.-

El par salió de la clase dando un vistazo rápido al pasillo, viendo que no venía nadie, aceleraron su caminata rumbó a las escaleras del nivel superior tratando de parecer lo más natural posible, como si solo estuvieran de paso por aquel pasillo.

--Jóvenes Park y Kim, vaya sorpresa.-

El par mencionado maldijo por lo bajo antes de encarar a la profesora de ciencias.

-Me debes un almuerzo.- su mejor amigo estaba satisfecho sabiendo que ahora tendría uno de los deliciosos almuerzos que Jimin llevaba, habían acordado que si los llegaban a atrapar Park le debería un almuerzo.

-Ni me lo recuerdes.- dejó salir el aire contenido para sonreír de lado caminando hacia la profesora

Se quedaron después de clases limpiando el aula ellos solos como castigo por haberse saltado una clase, aunque jimin sonreía como bobo viendo por la ventana a su persona especial caminar rodeado de su grupo de amigos, no tuvo que ocultarse como la mayoría de veces para verlo en la hora de salida.

Quien diría que aquel chico de pálida piel haría revolotear con gran fervor el corazón del chico con regordetas mejillas, lo había flechado completamente.

¿Qué sucedería ahora que la primera carta había sido entregada?

𝙿𝚊𝚛𝚊: 𝚖𝚒 𝚊𝚖𝚘𝚛 𝚗𝚘 𝚌𝚘𝚛𝚛𝚎𝚜𝚙𝚘𝚗𝚍𝚒𝚍𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora