𝙿𝚊𝚛𝚊: 𝚖𝚒 𝚊𝚖𝚘𝚛 𝚗𝚘 𝚌𝚘𝚛𝚛𝚎𝚜𝚙𝚘𝚗𝚍𝚒𝚍𝚘

Carta #13 《¿Seguir o parar?》

—Vamos Minnie, debes arreglar una maleta.– Tae acariciaba mi cabeza suave

—No quiero ir, en serio.– suspiré, en verdad no quería ir, prefería quedarme en casa y seguir comiendo

—No puedes seguir así, ya son vacaciones y tenemos dos semanas para disfrutar,– empezó a hacerme cosquillas por todo el cuerpo y no puedo negarme, trataba de no moverme como gusano, lo juro, pero sabia donde eran mis puntos débiles —No te resistas, ríe.–

—Nooo, para, T-Taeee.– intentaba detener sus manos, pero solo seguía

—Te dejo cuando digas que irás al viaje, necesitas esto y como tu mejor amigo debo sacarte de este hoyo depresivo en el que te estas metiendo, ya te deje dos días y es hora de que salgas de ahí.– mencionaba serio pero en risas leves

¿Por qué debía salir de aquí?, es frio si, pero como lo de todo un mes –lo que es un lujo–, quizás salir podía ser bueno para olvidarme de la existencia de "la pareja más hermosa" según usaban de hashtag en redes sociales, todo mi instagram hablaba de la relación entre Min Yoongi y Shin Suran.

Habían posteado una foto juntos esa tarde en la cafetería, esa foto debió ser nuestra...pero la vida así no lo quiso y fue su decisión después de todo, el hizo su elección, prefirió a una mujer que a un hombre.

—Vamos a alistar tu maleta, debes llevar ropa con la que mejor te veas.– palmea mi espalda antes de invadir mi closet y empezar a lanzar ropa por toda mi habitación

—Tae, ¿soy lindo?– cuestione levantándome de mi cama

—¿Por qué preguntas eso?, eres muy hermoso Minnie, tus mejillas de ardilla resaltan siendo tan rosadas y esponjosas, ojos avellanas que brillan hermosamente y están llenos de pura verdad, unos labios carnosos que cualquiera quisiera morder,– río un poco antes de continuar —Siempre has sido gentil, honesto y nunca te aprovechas de personas, eres un ángel que el cielo nos regalo para que viniera a alegrar nuestras vidas, cualquiera daría mucho para tenerte a su lado. No te deprimas ni dudes que eres lo suficiente o bello, eres, me atrevo a decir que la perfección o reencarnación de la Diosa Afrodita.– apretó mis mejillas —Vales mucho, no lo olvides.–

Tenia razón, deprimirme no solucionaría nada ni retrocederá el tiempo para arreglar lo inevitable, puse mis sentimientos en cartas, me arriesgué para no ser descubierto y parece que no he sido el único que se arriesgó. Min fue quien al final decidió, debía aceptar eso.

—¿Otra carta Jimin?– reaccioné viendo que sí, estaba sentado frente a mi escritorio con lapicero en mano y una hoja enfrente —Deja ya las cartas, él tiene pareja ya.–

—Es inconsciente, solo...siento que era lo más cercano que me sentía a él.– empecé a escribir

El silencio nos rodeo, agradecía que no me estuviera regañando después de todo él era quien estaba conmigo, fue paciente en cada vez que iba a dejar una carta, no me negaba alguna petición cuando quería seguir a Yoongi desde las sombras, tampoco dijo nada cuando hable sobre confesarme hace dos días, estuvo conmigo desde que llegamos a la cafetería hasta cuando nos fuimos y compró helado, golosinas, de todo para hacerme sentir bien.

—¿Puedes guardarla?– pregunte señalando la carta —Se que no se la puedo entregar ahora y puede que nunca más, pero ¿puedes guardar todas las que escriba mientras lo supero?–

Parecía tomarse su tiempo para pensar, era mala idea ¿verdad?

—Bien, las meteremos en una caja hasta que decidas que hacer con ellas.–

Estaba listo para lanzarme encima suyo de no ser porque un grito de mamá llamándome hizo que bajara a ver que necesitaba.
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Regrese al cuarto y Tae ya tenia media maleta hecha, al parecer si iba serio con que llevara ropa linda, ni que fuera un lugar tan extravagante, solo eran vacaciones con amigos y en una casa no tan lejos de Busan.

—¿Para que te llamaba tu madre?–

—Quería confirmar que si iba a ir al viaje o si me quedaría en casa.–

—Si ibas a decir que no, ella te hubiera obligado, lo presiento.– río, aseguraba que se lo estaba imaginando

—Mejor termina mi maleta.– volví a tomar asiento en la silla para seguir escribiendo —Kim, ¿escribiste esto?– pregunte por una parte en la carta que no había escrito y era dirigido hacia mi

—Uy, me llamaste Kim.– sostuvo una almohada frente a su rostro —Si me vas a lanzar algo, que sea un cuaderno y no algo de metal. Y si, yo lo escribí.– afirmó y le lancé mi pantunfla

—Agradece fue eso y no algo de metal.–

Seguimos hablando de lo que se haría en el viaje mientras terminábamos de hacer lo que cada uno hacia.

Carta #13

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—Terminé.– le avise mostrando la carta

—Bien, las guardare en mi casa, en una caja que no puedas abrir hasta que decidas que hacer, por mi quemalas.–

—Ya te quiero ver enamorado y si dices lo mismo.– dije