Prólogo.

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Canadá 1999.

-No la podemos dejar sola, durmamos con ella. - miro a su pequeña de tan sólo unos días de nacida.
- Aunque quisiéramos no podemos, Y tu también debes descansar.- exclamó el padre
- Es solo una noche, es su primera vez en su habitación, y si le llega a suceder algo - le reprocho un poco preocupada.
- No le pasara nada amor, ella no se asusta con nada es fuerte mo . - le dio un corto beso.
Tomo su mano para salir de la habitación.
- así que dejemosla descansar porque sino sera difícil dormirla y nosotros deberíamos de hacer lo mismo.
- Esta bien. - dio un gran bostezo. salieron de la habitación de su pequeña, no sin antes darle un vistazo .

Mientras la pequeña dormía, unos ojos color miel, la observaban desde la oscuridad.
Poco, apoco se fueron acercando a la pequeña.
Al tenerla cerca se quedo asombrado por lo hermosa que era.
vio como un par de pequeños ojos cafés lo observaban, la pequeña había despertado.
Con la yema de sus dedo toco suavemente su mejilla.
Al sentir el tacto cerro sus pequeños ojos. Observo como la punta de los labios de la pequeña se curvaba.
Encantado con la pequeña decido hacer lo que nunca había echo antes.
- Eres mía pequeña y como tal me perteneces.

The DarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora