Capítulo 4

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— Si quieres hacer algo contra mí — dijo el extraño ser — activaré una descarga que te dejará inconsciente. Entenderás que con tu hermano no puedo hacer lo mismo, pero al menos esto si puedo hacer — apretó un botón un control que llevaba en su cintura, se soltaron las amarras de Ángel, apenas se sintió libre arremetió contra las paredes transparentes, parecían de plástico, pero soportaron sin problemas los embates del enajenado.

— Déjame salir, eres un maldito desgrac... — el dueño del lugar tocó otro botón, y no se escuchó más la voz del zombie.

— Así es mejor. Sígueme, supongo que tienes hambre — lo llevó a un lugar que parecía una caseta de vigilancia, había varias en fila, dentro había un baño, una cama y ropa — era de uno de mis ayudantes, ayer los enterré a todos, capturamos a un muerto viviente, quería estudiarlo, no se como se soltó y los mató a todos... te espero en el comedor, es la tercera puerta a la derecha.

— Gracias... ¿Tienes nombre?

— ¿Nombre...? Ellos me decían maestro, pero si quieres puedes darme otro, no me molesta.

— ¿Puede ser ET?

— Jijijii, dime ET si te agrada. Te espero.

Set no podía creer lo que había pasado, en la mañana pensó que terminaría preso de su hermano, y ahora... miró la ropa, parecía algo grande, pero luego de bañarse y probársela, está se adaptó a su cuerpo. Cuando se paró frente a la tercera puerta se abrió automáticamente hacia arriba, dejó a la vista una mesa rectangular, y varios platos puesto en cada extremo.

— Come, el líquido es como agua, pero está cargada con vitaminas y minerales que te ayudarán a recuperar fuerzas.

Toda la comida era exquisita, pero en su mente seguían muchas preguntas ¿Era un alien de verdad? ¿Ellos fueron quienes soltaron el virus? ¿Querían matar a los humanos? ¿Si era así porque lo salvó? A pesar de sus movimientos tranquilos al comer, la mente del muchacho era un hervidero de preguntas.

— Ya que terminaste, hazme todas las dudas que rondan tu mente — miró sonriendo al humano — no he necesitado leer tu mente, tu expresión lo dice todo.

— ¿Qué edad tienes?

— Para mi gente soy un adulto, pero para ti, soy antidiluviano... digamos que vi a los neardentales.

— ¿De dónde vienes?

— De un lugar muy lejos, me dejaron aquí como castigo — su expresión se puse triste.

— ¿Castigo?

— Hable de más — dijo tocándose la frente — hice algo terrible para los superiores. Por eso me enviaron a la Tierra, para siempre.

— ¿Qué hiciste?

— No diré nada más sobre ese asunto ¿Cuál es tu siguiente pregunta?

— ¿Ustedes soltaron el virus que nos está matando?

— No, cada planeta mantiene su equilibrio, y cuando una de sus especies no respeta ese equilibrio, se desata ese virus, mata muchos de esas especies. Ha pasado antes y seguirá pasando hasta que respeten a su medio ambiente, o terminen con la Tierra, lo que pase primero.

— ¿Por qué no nos ayudan? Son mucho más adelantados que nosotros.

— No podemos intervenir, ustedes tiene libre albedrío. Lamentablemente para su raza siempre se matan entre ustedes, si no tienen un motivo lo inventan, son demasiado belicosos.

— Pero es porque no nos han ayudado, si ustedes nos guiaran no seriamos así. Si todo sigue así todos moriremos.

— Los Superiores no interrumpirán lo que debe pasar.

— ¡¡Somos sus creaciones máximas!! Por qué no nos cuidan mejor.

— Creaciones máximas jajajaja, solo fueron uno de los tantos experimentos que hicieron para llegar al sirviente perfecto.

— Espera, siempre escuche que los extraterrestres nos consideraban sus hijos, y nos llevarían con ellos cuando estuviéramos preparados.

— No se de dónde sacaron eso, para ellos ustedes son como... insectos, en quienes perfeccionaron sus técnicas para no poder en peligro a los privilegiados, que ahora viven con ellos, esos seres privilegiados están solo un escalón más abajo que los superiores, yo estoy como 10 escalones más abajo, pero ustedes.... están como 1000 escalones más abajo ¿Por qué crees que tienen asma, diabetes, todas esas enfermedades? Ellos viven más que yo, ustedes comparados con ellos en ese sentido son como mosca. No se logró una buena unión del ADN de los superiores con el de tus antepasados, pero con esos errores pudieron perfeccionar mucho sus conocimientos, como ustedes hay muchos más en el universo que quedaron a su suerte, solo quedó alguien que registra su historia, como yo. Muchos de los OVNIS que ustedes ven, son máquinas que uso para grabar lo que les pasa, y pueda llegar a interesarle a los superiores. También vienen de vez en cuando de otras razas que quieren aprender de los experimentos fallidos de sus dioses.

— ¿Y por qué tú no nos puedes proteger? Ellos no lo sabrán.

— No debo desobedecerlos, solo soy... ¿Cómo te lo explicó para que lo entiendas? Soy un bibliotecario, guardo lo que pasa con cada raza humanoide que ha pasado por el planeta.

— ¿Cómo que otras razas? Somos los únicos....

— Siempre tan egocentristas, ustedes son solo uno entre muchos, han habido más antes, incluso unos que fueron gigantes. Le pasó lo mismo a los dinosaurios, requerían mucho alimento, y pronto devastarían a la Tierra, a los pocos que sobrevivieron los extinguió un cometa. Cuando aparece ese virus es específico para cada organismo, mata un gran por ciento de esa población — Set mantuvo silencio — para los superiores ustedes son como te dije más como insectos que animales. Increíblemente los marcianos lograron adormecer el virus de ese planeta, pero como resultado ahora no queda nadie con vida allí.

— Una cosa es el virus, para despejar la población, puedo llegar a entenderlo, pero porque los convierten en zombies — replicó con rabia.

— Eso es responsabilidad de ustedes.

— Nosotros no hicimos nada.

— Los otros humanoides de la Tierra, cuando el virus aparecía también trataban de desarrollar vacunas, pero no hay ninguna efectiva.

— Mentira, la que hicieron los científicos era perfecta, nos salvaron.

— Los condeno, hicieron una supuesta vacuna sin efectos secundarios, pero los científicos sabía que traería quizás efectos secundarios, tal vez suaves, tal vez terribles, pero no les importo, querían algo rápido y por eso saltaron todas las normas de seguridad. Sin esa vacuna, esos seres jamás se hubieran desarrollado, y no habrían muerto tantos como ahora.

— Querían salvarnos.

— Por no empeorar las cosas los anteriores pobladores prefirieron no apurar una vacuna, por eso no aparecieron esos muertos vivientes, ellos son creaciones suyas.

— Ellos querían salvar vidas.

— ¡Y tantas que salvaron! — respondió irónico el extraterrestre — ahora quienes están normales mueren asesinados por lo zombis que creo la vacuna. Te apuesto que a ti no te vacunaron.

El otro quedó callado... si lo hubieran inyectado... se estremeció al pensar que ahora podría ser uno de esos seres.

ZombiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora