Estambul me mata. Desafío a la RTÜK

Reflexión de la autora

Quién diría que veinte días después de embarcarme en mi primer viaje a Estambul volvería a repetir aquella locura. Nuevamente el día seis de septiembre y con unas cuantas kamikazes como acompañantes, cogimos un vuelo con destino Estambul para ver a Can Yaman y disfrutar de esta maravillosa ciudad.

Pensaba que este viaje sería más "tranquilo" con respecto al anterior, ya que la media de edad me superaba. Que no os engañen, cuanta más edad, más locas nos volvemos. Llegué a pensar que siendo la más pequeña de todas era la más centrada. No sé si todo esto lo provoca la ciudad o que nosotras no tenemos remedio. Voy a dar un consejo para las más jóvenes: ¡No aprendáis de vuestros mayores! O sí.

Todo ha sido una completa odisea, pero lo volvería a repetir. Tener agujetas de la risa no tiene precio. La vida puso a Can en mi camino y gracias a él conocí a gente maravillosa. Los mejores momentos de la vida no son precisamente "normales". Siempre digo que tenemos que coleccionar momentos y no cosas, porque los momentos son los que no se pueden comprar, los que te sacan sonrisas y te dejan recuerdos maravillosos para toda la vida.

A petición de mis compañeras de viaje contaré todo lo que se puede contar. Como bien dicen mis compañeras "lo que sucede en Estambul se queda en Estambul". A este paso como siga haciendo viajes a esta ciudad y contando cada uno de ellos no termino el libro que ya tiene fecha de publicación.

Como siempre para todas las fans de Can Yaman contaré nuestras peripecias por Estambul, conoceréis a este grupo de maravillosas descerebradas y espero que disfrutéis con ellas.

Sin olvidarme de las chicas que fundaron este maravilloso Club, sin ellas nada de esto hubiera pasado. Su lema: Por y para Can